La Academia Chilena de la Lengua está preocupada por el lenguaje de la nueva Constitución. Considerando que “muchas personas quisieran sentirse identificadas con un documento constitucional que reconozca sus nuevas necesidades y aspiraciones”, extendió una invitación a entregar las palabras clave que deberían estar presentes en la nueva Carta fundamental.
La iniciativa espera propuestas en #PalabrasDeLaConstitución. Corresponde a un objetivo fundamental de la Academia: “velar por la pureza y el esplendor de la lengua española”.
Según Iván Jaksic, vicedirector de la Academia, se quiere “tender un puente entre la Academia y la ciudadanía para crear conciencia sobre la importancia del lenguaje en la carta fundamental”.
Pero esta justa preocupación podría dejar de lado un aspecto más urgente: el grave deterioro actual de nuestro lenguaje.
En política, quien se lleva las palmas es la diputada Pamela Jiles, periodista titulada en la Universidad Católica.
No es un personaje fácil. Habla siempre que cree que tiene algo que decir. No le importa ser simpática o no y si ofende o elogia. Así ha ganado fieles admiradores y duros críticos.
Transitó en el pasado por diversos medios, sin abandonar su desenfado. Elegida diputada por el Partido Humanista, no ha cambiado. Al contrario, escaló a nuevos, a veces chocantes niveles de estridencia.
Hasta la semana pasada, su performance más llamativa era su lúdico despliegue cuando se aprobó el primer retiro del diez por ciento de las AFP. Ataviada con una capa rosa y dos abanicos del mismo color, corrió de un lado a otro del hemiciclo como si fuese Naruto, personaje de manga (tipo de novela gráfica japonesa).
Ahora, coincidiendo con la preocupación de la Academia de la Lengua, retomó la palabra, esta vez dentro de la Cámara. Lo hizo para descalificar a su colega Diego Schalper. El episodio se originó cuando el diputado pidió que ella se inhabilitara en una votación sobre la franja electoral debido a que su pareja es candidato a gobernador.
La réplica de Pamela Jiles fue chocante: “El diputado ‘candado chino’ Schalper acaba de señalar en el hemiciclo que yo debería inhabilitarme… supongo haciendo referencia al ‘Abuelo’ -Pablo Maltés- quien es candidato a gobernador por la Región Metropolitana, cuestión que no dice porque no es hombrecito… Yo quiero responderle al diputado ‘candado chino’ Schalper, imprímalo: Abuelo Gobernador. Insolente, la Abuela no se inhabilita”, remachó.
El término “candado chino” alude a una insólita práctica sexual que solo puede ser explicada como “autocoito”. La Academia Chilena de la Lengua lo registró en 2010. Formaba parte del fruto del trabajo de un selecto conjunto de académicos recogido en el voluminoso (966 páginas) “Diccionario del uso del español de Chile”.
Que el término aparezca en una obra de este tipo no implica que haya “chipe libre” para su uso en cualquier circunstancia o lugar, menos en la sede del Congreso Nacional. Fue lo que se tradujo en un universal rechazo. Como dijo el diputado Gabriel Boric, también víctima de las agresiones verbales de la eventual candidata presidencial, “no tiene sentido” conversar si no existe respeto hacia aliados o adversarios.
Es de esperar que la iniciativa de la Academia Chilena para mejorar el lenguaje tenga éxito.
No solo en la nueva Constitución.