La Asociación Nacional de la Industria del Reciclaje (ANIR), la Asociación Chilena de Municipalidades (AChM) y el Desafío Chile sin Basura 2040, firman convenio para reducir los residuos que terminan en vertederos a través de un trabajo colaborativo público-privado.
La relación entre ANIR y el desafío Chile sin Basura cumple un año, y desde sus inicios ha estado enmarcada en acercar la industria a las comunidades. A través de la firma de este nuevo convenio que integra a la Asociación Chilena de Municipalidades, se proyectan las posibilidades territoriales de este propósito.
La generación de residuos y su mal aprovechamiento post uso se percibe como uno de los principales problemas a nivel nacional. La basura aumenta y las cifras de valorización aún son muy bajas. Según datos entregados por el Ministerio del Medio Ambiente, Chile es el país de Sudamérica que genera mayor cantidad de basura por persona (1,26 kilos diarios), lo que se traduce en 8,1 millones de toneladas de basura anuales que terminan en vertederos o rellenos sanitarios. Asimismo, es uno de los países que menos recicla y/o composta materiales en comparación al resto de los miembros de la OCDE.
Ante este desafiante panorama, la Asociación Nacional de la Industria del Reciclaje (ANIR) tiene como propósito articular y promover la recuperación de materiales reciclables de forma sostenible. Para esto, estimula la generación de alianzas, busca construir mecanismos regulatorios y certificaciones, y genera conocimiento de valor sobre lo que sucede en la industria. “El tema de los residuos en general mejoraría si los diferentes estamentos de la sociedad pudieran colaborar unida y activamente en ello”, afirma Martín Walsen, presidente de ANIR.
Asimismo, el programa Chile sin Basura 2040, iniciativa impulsada por Kyklos –empresa B de cultural ambiental y miembro de ANIR– junto a CCU, Entel, CMPC y Banco de Chile, busca reducir, reutilizar, reciclar, compostar o como última alternativa, valorizar energéticamente el 100% de los residuos que se generan en Chile al 2040. Para esto invita a la ciudadanía, a empresas, a colegios y a municipios a sumarse con compromisos concretos para aunar fuerzas y avanzar hacia esta meta.
“En Desafío Chile sin Basura creemos profundamente en el valor e impacto de las alianzas. Y este acuerdo representa un gran hito de encuentro entre el mundo público y el privado, con el cual esperamos poder proyectar todos los esfuerzos y logros en las comunas de Chile”, señala Javier Peró, gerente general de Kyklos.
Por su parte, Jaime Belmar, Secretario Ejecutivo de la AChM destaca que “tenemos un tremendo reto desde las municipalidades para abordar el tema de reciclaje de basura. Este ítem representa uno de los gastos más importante que realizan las comunas y si contribuimos al reciclaje y la reducción de basura, tendrá un impacto clave en el desarrollo de las finanzas municipales y se podrán destinar recursos extras en obras de inversión de interés comunitario”. Belmar subraya que “Si bien el desarrollo sustentable ha estado en la agenda municipal, los esfuerzos aún han sido aislados e insuficientes”.
La planificación del trabajo de este convenio se plantea a través de tres dimensiones. Primero, mediante el desarrollo de proyectos de recuperación de materiales usados y de minimización de basura en los municipios asociados; segundo, de la generación de informes y reportes que cuenten con información de relevante acerca del reciclaje domiciliario y compostaje (entre otros proyectos de disminución de basura); y tercero, de la difusión de buenas prácticas a través de seminarios y otras instancias y plataformas comunicacionales que puedan educar y sensibilizar a la ciudadanía sobre el impacto de hábitos cotidianos en el medioambiente. La primera mesa de trabajo está programada para este miércoles 24 de febrero.
El cuidado del planeta depende de todos, no solo de la industria, de un programa o de los municipios, sino que involucra a la ciudadanía completa. “Estamos seguros que este trabajo colaborativo traerá grandes frutos en las comunidades, comunas, ciudades, sector público y privado y, por lo tanto, a Chile de manera íntegra. Si el reciclaje crece, el beneficiario final son las personas que vivirán en un entorno mucho más amigable”, concluyen los involucrados en este acuerdo que busca disminuir los residuos y aumentar su valorización.