Saludo de Navidad de Mons. Galo Fernández
El nacimiento del Hijo de Dios en el humilde pesebre de Belén es un acontecimiento que marca la historia y que cambia nuestra vida, la llena de paz, de luz, de alegría.
En nuestra fe expresa algo fundamental, Dios toma nuestra humanidad, Dios entra en la historia y del modo más sorprendente. No lo hace avasallando, sino que, estando presente en la figura del más pequeño, del más humilde. Niño, pobre, en un lugar de exclusión. Nos llena de paz, pero al mismo tiempo nos moviliza.
Nos llena de paz y alegría porque nos damos cuenta de que no estamos solos, que Dios quiere acompañarnos y quiere alentar los más lindos sueños que tenemos. Pero nos moviliza porque nos inquieta, reconocer en medio de nosotros tantas situaciones de abandono, de pobreza, de olvido.
El Niño de Belén nos moviliza a abrir la mirada y a cuidar que nadie esté solo, que nadie esté sin el apoyo ni los cuidados que necesita.
Esta, la noche de Navidad, es la noche del amor, es la noche en que nos expresamos el cariño y el compromiso de acompañarnos mutuamente.
Feliz Navidad, que Dios les bendiga y que el Niño Dios nos movilice para amar y servir.











