Tomar la decisión de estudiar es, sin duda, uno de los pasos más importante que damos en nuestra vida. No se trata solo de elegir una carrera o matricularse en una institución; se trata de abrir una puerta que conduce a nuevos horizontes, construir para un futuro distinto y de creer profundamente que siempre es posible crecer, aprender y transformarse.
Quienes trabajamos en educación técnica profesional vemos a diario algo que las y los expertos respaldan: estudiar mejora las oportunidades en la vida. Aumenta las posibilidades de acceso al empleo, permite reconvertirse laboralmente, amplía redes, entrega herramientas concretas y, sobre todo, fortalece la confianza personal. No importa la edad, la comuna donde se viva o la historia previa, la formación abre oportunidades reales.
Pero hay algo más profundo que las cifras o datos. Cada estudiante que ingresa a un CFT lo hace movido por un sueño, mejorar el bienestar de su familia, desarrollar un oficio que les apasiona, avanzar en su camino laboral, o demostrar —a sí mismos y a quienes los rodean— que sí pueden lograr lo que alguna vez imaginaron. Estudiar es un acto de esperanza, y también de valentía.
En el CFT San Agustín lo vemos reflejado en hombres y mujeres que trabajan todo el día y estudian en la noche; en madres y padres que vuelven a las aulas después de años; en jóvenes que son la primera generación de su familia en acceder a la educación superior. Lo vemos también en quienes, a pesar de las dificultades económicas o geográficas, deciden perseverar, avanzar hacia el propósito que los mueve.
Por eso, cuando una persona elige estudiar, está haciendo más que invertir tiempo y esfuerzo: está escribiendo una nueva historia. Una historia que no solo impacta su presente, sino que cambia la vida de quienes la rodean.
En un país donde las brechas aún son profundas, la educación superior técnica profesional cumple un rol esencial. Permite disminuir desigualdades, impulsa el desarrollo local y entrega oportunidades concretas allí donde antes no existían. Esa es la razón por la cual, como institución, hemos fortalecido nuestra presencia territorial y también innovado para llegar más lejos: desde la apertura de la nueva sede Constitución, hasta la puesta en marcha de la sede online, que permitirá estudiar desde cualquier lugar del Maule y de Chile.
Estudiar es una decisión libre, personal e intransferible. Pero también es, en muchas ocasiones, el punto de inflexión que cambia el rumbo de una vida.
Por eso, hoy quiero invitar a cada persona que está pensando en dar este paso, a hacerlo con convicción. No hay edad ni momento perfecto. Lo importante es comenzar. Porque al final del día, el mejor proyecto en el que alguien puede invertir es en sí mismo. Y eso es lo que ocurre cuando eliges estudiar: apuestas por tu futuro, por tu familia y por una mejor versión de ti.
Sergio Morales Díaz
Rector CFT San Agustín










