En una jornada marcada por el reconocimiento a la perseverancia y el valor de la educación como herramienta clave para la reinserción social, jóvenes del Centro de Justicia Juvenil IP-IRC de la Región del Maule participaron este martes 16 de diciembre en dos significativas actividades: la licenciatura de estudiantes que culminaron su educación básica y media, y un desayuno de encuentro con jóvenes que rindieron la Prueba de Acceso a la Educación Superior (PAES).
Las actividades se desarrollaron en el gimnasio del centro y contaron con la presencia del seremi de Justicia y Derechos Humanos del Maule, Guillermo Miño; la directora nacional del Servicio de Reinserción Social Juvenil, Rocío Faúndez; la directora regional, María Belén Aguilera; además de equipos profesionales del centro y jóvenes que se encuentran en proceso de reinserción.
Durante la jornada, se llevó a cabo la licenciatura de siete estudiantes de cuarto medio, junto a dos jóvenes que finalizaron su educación básica, instancia que permitió reconocer el esfuerzo, la constancia y el compromiso de quienes, pese a encontrarse en contextos de privación de libertad, han logrado avanzar y culminar etapas relevantes de su trayectoria educativa.
Al respecto, el seremi de Justicia y Derechos Humanos del Maule, Guillermo Miño, subrayó el rol fundamental de la educación en estos procesos. “La educación es la principal herramienta en el proceso de reinserción social, para entregar las herramientas necesarias para que estos adolescentes y jóvenes puedan reintegrarse efectivamente y construir un proyecto de vida que les permita integrarse en sus comunidades, ser un aporte para sus familias y ganarse la vida honestamente”, señaló.
También se realizó un “brunch” de encuentro con los siete jóvenes que recientemente rindieron la PAES, generando un espacio de conversación directa con la directora nacional del Servicio, en el que pudieron compartir expectativas, proyecciones y desafíos asociados a la continuidad de estudios en la educación superior. Esta instancia fue destacada como un hito relevante en el proceso de implementación del nuevo Servicio de Reinserción Social Juvenil y como una muestra concreta del trabajo intersectorial orientado a fortalecer oportunidades reales de reinserción.
La directora nacional del Servicio de Reinserción Social Juvenil, Rocío Faúndez, sostuvo durante el encuentro que “un joven finalice su enseñanza media, se prepare y decida voluntariamente rendir una prueba de acceso a la educación superior no es un hecho casual ni automático. Es el resultado de un proceso sostenido, exigente y profundamente humano, que involucra acompañamiento profesional especializado y el trabajo comprometido de equipos educativos y psicosociales que no solo entregan conocimientos, sino que también reconstruyen confianzas, fortalecen la autoestima y vuelven a abrir horizontes y expectativas de futuro”.
Desde la voz de los propios jóvenes, las actividades también fueron valoradas como un apoyo concreto a sus proyectos de vida. M.S., joven en proceso de reinserción, destacó la posibilidad de acceder a instancias que antes veía lejanas. “Yo pensaba que aquí uno no daría la PAES, ni una de esas cosas. Entonces, que el centro te ayude a poder estudiar y todas esas cosas, igual es bacán. A mí me gustaría estudiar mecánica automotriz, así que vamos viendo, dependiendo de cómo nos va en la PAES”, expresó.
En tanto, D.M., uno de los jóvenes licenciados, relevó el significado simbólico de la ceremonia. “Hoy no es un día cualquiera. Hoy nos reunimos para cerrar una etapa que para muchos parecía lejana o incluso imposible. Desde el IP-IRC de Talca despedimos un camino recorrido con esfuerzo, constancia y valentía. Aquí estamos jóvenes de octavo básico y cuarto medio licenciándonos, demostrando que la educación no se detiene, ni siquiera en los momentos más difíciles de la vida”, afirmó.
Las autoridades presentes coincidieron en que estas instancias reflejan el avance del nuevo modelo de reinserción social juvenil, centrado en el acceso a derechos, el acompañamiento integral y la generación de oportunidades concretas para que adolescentes y jóvenes puedan proyectar un futuro distinto, fortaleciendo su desarrollo personal y su integración social.
Estos siete jóvenes que se licenciaron de educación media junto a los dos licenciados de enseñanza básica son parte de los 313 jóvenes atendidos actualmente por el Servicio Nacional de Reinserción Social Juvenil en la región.







