El comercio chileno se prepara para el peak operativo más grande del año: la temporada navideña. En un contexto donde la demanda suele superar la capacidad real de las empresas, la correcta gestión del inventario, la logística y los procesos internos puede definir si un negocio capitaliza el aumento del consumo o queda sobrepasado.
Para Carlos Migliardi, Digital Growth Manager de Defontana, la clave está en anticiparse con información en tiempo real y procesos integrados: “El mayor cuello de botella ocurre cuando la demanda supera la capacidad operativa. En Navidad esto se ve en tres frentes: inventario, coordinación logística y procesos manuales que se multiplican con el volumen” .
Por eso, sostiene Migliardi, es indispensable trabajar con proyecciones basadas en datos históricos, visibilidad del stock en tiempo real y equipos alineados bajo un plan de campaña único.
Es importante considerar también que, durante estos peak, hay cuatro indicadores críticos que ningún negocio debería perder de vista: rotación y quiebre de inventario, tiempos de preparación y despacho, tasa de devoluciones y flujo de ventas por canal. “Si no conoces tu nivel real de stock, pierdes ventas sin darte cuenta. Y si los tiempos de preparación suben, la experiencia del cliente cae de inmediato”, advierte el ejecutivo.
Migliardi señala que contar con una operación realmente integrada marca la diferencia entre reaccionar y anticiparse: “En Navidad, tener sistemas desconectados es trabajar a ciegas. Cuando inventario, ventas y logística no conversan, se generan errores como vender productos sin stock o duplicar pedidos. Con integración, las decisiones se toman en tiempo real y se evitan fricciones que escalan muy rápido”.
Además, Migliardi advierte que la coordinación entre tienda física, ecommerce y marketplaces es hoy determinante para evitar inconsistencias que se amplifican en Navidad. “Todos los canales deben operar sobre una única fuente de verdad en inventario y ventas. Eso permite unificar precios y promociones, sincronizar movimientos de bodega y definir reglas claras de priorización cuando el stock es limitado. Cuando cada canal funciona como un silo, el negocio pierde trazabilidad y credibilidad”, señala.
La automatización también se vuelve un factor decisivo. Procesos como la actualización de inventario, la emisión de documentos tributarios y la asignación de pedidos deben operar con el mínimo de intervención humana. Automatizar donde hay mayor repetición y riesgo libera tiempo crítico y reduce errores en los momentos más tensos del año.
A esto se suma la irrupción de la inteligencia artificial, que hoy ya se aplica en funciones como predicción de demanda, recomendaciones automáticas de abastecimiento, chatbots para soporte y detección de anomalías. “La IA permite priorizar recursos donde tienen mayor impacto sin necesidad de crecer en personal”, afirma.
Y para las pymes que enfrentarán por primera vez un alto volumen navideño, Migliardi llama a concentrarse en una “digitalización mínima”, es decir, sistemas de inventario conectados a todos los canales, emisión electrónica automatizada y un tablero básico que muestre ventas, stock y tiempos de preparación. “Con esos tres elementos, una pyme evita cerca del 80% de los errores más comunes en temporada alta”, concluye.







