Cada verano, el cáncer de piel vuelve a posicionarse como una de las principales preocupaciones de salud pública en Chile, ya que en varias zonas del país se registran niveles de radiación UV considerados extremos. Profesionales de la salud refuerzan el llamado a la prevención, la fotoprotección diaria y la detección precoz, especialmente ante el sostenido aumento de diagnósticos en los últimos años.
Según información del Ministerio de Salud (MINSAL, 2024), la radiación ultravioleta es el factor de riesgo más relevante en el desarrollo del cáncer de piel y sería responsable de cerca del 80% de los casos. Además, la autoridad sanitaria recalca que la exposición solar produce un daño acumulativo que incrementa significativamente el riesgo a lo largo de la vida.
En Chile, los tipos de cáncer de piel más frecuentes son el carcinoma basocelular y el carcinoma espinocelular, que suelen aparecer en zonas expuestas como rostro, cuello y manos. Si bien son menos agresivos que el melanoma, pueden causar daño local importante si no se tratan a tiempo. En el caso del melanoma, la detección temprana es fundamental debido a su rápida capacidad de diseminación.
Revisar la piel con frecuencia: una medida simple que salva vidas
La dermatóloga Constanza Ullrich, de RedSalud Vitacura, advierte que uno de los principales problemas es que muchas personas no revisan su piel de manera habitual ni consultan por pequeños cambios:
“Cualquier lunar o mancha que aparezca en la vida adulta debe ser evaluada. Una lesión nueva puede ser el primer signo de un cáncer de piel”, señala.
La especialista recomienda aplicar la regla ABCDE para identificar lesiones sospechosas:
- Asimetría: una mitad del lunar no coincide con la otra.
- Bordes irregulares.
- Color variado o cambios en la tonalidad.
- Diámetro mayor a 6 mm.
- Evolución: crecimiento o cambios en poco tiempo.
Protección solar: un hábito diario con factor 50 como mínimo
Durante el verano, varias zonas del país alcanzan índices UV entre 10 y 14, catalogados como “extremadamente peligrosos”. En esas condiciones, la piel puede quemarse en menos de 15 minutos sin protección.
Dado que la radiación UV es el principal factor de riesgo, Ullrich enfatiza en integrar la fotoprotección a la rutina diaria: “La protección solar debe estar siempre, no solo en verano. El factor mínimo recomendado es 50 y debe reaplicarse cada dos o tres horas”, afirma.
La dermatóloga enfatiza que todas las personas, incluso quienes tienen piel más morena, pueden desarrollar cáncer de piel. También recomienda complementar el fotoprotector con sombreros de ala ancha, lentes con filtro UV, ropa con protección UV y evitar la exposición entre las 11:00 y 16:00 horas.
Diagnóstico oportuno y acceso a cobertura: clave para un mejor pronóstico
Dentro de la prevención, contar con un seguro complementario de salud puede marcar una diferencia en el acceso oportuno a especialistas y exámenes, entre otros. Estas coberturas permiten financiar consultas dermatológicas y procedimientos, entre otros. Por su parte, frente a un caso de cáncer, un seguro oncológico ayuda a enfrentar los altos costos asociados a este diagnóstico.
“La prevención es fundamental, pero también lo es estar preparado. En Vida Cámara buscamos que las personas accedan a atención oportuna, acompañamiento y una cobertura adecuada, especialmente frente a patologías que, detectadas a tiempo, marcan una diferencia significativa”, afirma Macarena Fernández, gerenta de Clientes y Sostenibilidad de Vida Cámara.






