A causa de una afección cardiaca falleció durante esta madrugada el padre Mario Molina Guaita, a la edad de 95 años. Se encontraba viviendo estos últimos años en la Hogar del Buen Samaritano en Molina, lugar donde se celebraró una eucaristía este martes 11 de noviembre a las 11:00 horas, para luego ser trasladado a Talca.
Será velado en la iglesia catedral, a las 20:00 horas está programada una eucaristía.
La misa funeral del P. Mario será el miércoles 12 de noviembre a contar de las 12:00 horas, en el templo catedral.
Como Iglesia Diocesana ponemos en las manos de Dios la vida y testimonio del P. Mario por sus más de 71 años de sacerdocio, y hacemos oración por su eterno descanso.
Mario Ángel Molina Guaita nació en Curicó el 12 de febrero de 1930. Recibió de manos de Mons. Manuel Larraín la ordenación sacerdotal el 18 de septiembre de 1954.
Sus primeras destinaciones fueron como vicario cooperador de las parroquias de Hualañé, Lontué y Romeral, entre los años 1954 y 1956. En abril de 1959 fue nombrado Director del Oficio Catequístico Diocesano. En marzo de 1960 asumió como Asesor Diocesano del movimiento Acción Católica Rural, cargo que también ocupó desde julio de 1966.
Los primeros 10 años de su ministerio sacerdotal estuvieron marcados fuertemente por el acompañamiento al mundo rural, como explicó en entrevista con la revista COMUNICANDO: “Para mí esos primeros fueron muy importantes, muy formadores, con conciencia de estar haciendo algo muy bueno por el Reino de Dios, por el mundo campesino. Ese tiempo le dio mucha firmeza al camino que yo estaba siguiendo con el sacerdocio”.
En tanto, en septiembre de 1963 fue nombrado cura párroco de San Clemente. En 1977 fue vicario cooperador de Sagrada Familia y en 1978 Consejero Suplente del recién creado Centro Regional de Asistencia Técnica y Empresarial, CRATE. En diciembre de 1983 es párroco de la parroquia El Rosario de Curicó, y en junio de 1986 asume como Vicario de la zona Curicó Rural. Al año siguiente es nombrado Vicario Pastoral de la diócesis.
La parroquia La Merced de Talca lo recibió como párroco en septiembre de 1990, siendo nombrado también Vicario Episcopal de Talca Ciudad. En 1993 fue administrador parroquial de la parroquia Santa Teresita, y en marzo de 1994 de toma posesión de la parroquia El Sagrario como párroco.
Desde diciembre de 1998 era Vicario General de la Diócesis de Talca. En 2003 se le nombró Promotor de Justicia. Además, durante varios periodos fue miembro del Consejo de Presbiterio y del Colegio de Consultores.
Este último tiempo ha sido residente del Hogar de la Hermanas del Buen Samaritano en Molina







