El desperdicio de alimentos preocupa cada vez más a las familias chilenas. El Estudio sobre Desperdicio de Alimentos en Chile, desarrollado por Maggi e Ipsos en 2023 y 2024, muestra la magnitud y evolución de esta tendencia y cómo la variable económica está visibilizando los efectos de botar comida para los hogares en el país.
En 7 de cada 10 hogares reconocen que botan comida a la basura y en algunos casos, esto puede ser hasta 6 veces a la semana. Lo anterior en promedio podría significar un impacto económico significativo, ya que en el 56% de los hogares estimaron perder hasta $25.000 mensuales –equivalente a $300.000 al año–, un 20% hasta $50.000 al mes y un 9% más de esa cifra.
Entre los hábitos asociados a esta práctica, persiste la falta de planificación (51%) por tiempo o costumbre; la creencia que es mejor que “sobre a que falte”, por lo que prefieren cocinar de más (57%), así como la falta de conservación, el desorden en el almacenaje y la falta de revisión periódica de fechas de vencimiento.
Este contexto, sus implicancias y soluciones fueron abordadas en una reunión de trabajo organizada por Nestlé Chile junto a los principales referentes del sector público-privado, la academia, los bancos de alimentos, las startups y organismos internacionales.
María Fernanda Torres, Directora del negocio Culinarios de Nestlé Chile, resaltó frente al tema: “Explorar el comportamiento de los consumidores en sus hogares frente al desperdicio de alimentos nos ha mostrado que en los últimos años esta temática ha logrado ser más visible a raíz de los impactos económicos que genera, pero esta es una problemática que además incide de manera profunda en el panorama social y en el medioambiente y estamos buscando abordarla junto a quienes son referentes en esta materia para alcanzar soluciones concretas de colaboración”.
Visto desde el impacto frente a comunidades más vulnerables, Macarena Jara, especialista en Nutrición y Sistemas Alimentarios de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), destacó que “hay que ser conscientes de que en Chile casi 4 millones de habitantes presentan inseguridad alimentaria y nutricional, ya sea moderada o grave. Eso quiere decir que no pueden acceder a alimentos saludables de manera permanente o padecen hambre”.
En la misma línea, Nicolás Navarrete, director ejecutivo de FOSIS –institución que impulsa la iniciativa EcoMercados Solidarios–, subrayó la relevancia de fortalecer las alianzas: “Chile necesita una sociedad comprometida con derrotar la pobreza y con alcanzar la igualdad de oportunidades. Nestlé Chile hizo eco de este llamado y es un colaborador estratégico para entregar alimentos de calidad a las familias que más lo necesitan”.
Respecto de las acciones conjuntas del ecosistema público-privado, Javiera Herrera, jefa del Departamento de Sustentabilidad y Cambio Climático de ODEPA, enfatizó que “tenemos un ecosistema bastante amplio de actores de distintos sectores. Hoy día este ecosistema está creciendo, está activo, está buscando recuperar los alimentos, reprocesar, hacer upcycling, donando a bancos de alimentos y un sinnúmero de alternativas, que sin duda deben ser abordadas en conjunto y generar las sinergias que se necesitan en los hogares y en toda la cadena productiva”.
En la actividad realizada por Nestlé Chile participó Red de Alimentos, uno de los principales bancos de alimentos del país y del cual la compañía es uno de sus fundadores; Banco de Alimentos Lo Valledor; FOSIS, relevando la importancia de los Ecomercados Solidarios; startups GoodMeal, Maifud y Cheaf; Universidad del Desarrollo; ODEPA; Pacto Global Chile y FAO.
Cabe destacar que Nestlé impulsa una estrategia integral para reducir el desperdicio de alimentos que abarca desde la optimización de sus operaciones, hasta la educación de consumidores y colaboradores, a través de las plataformas de Maggi y Recetas Nestlé. En alianza con organizaciones como bancos de alimentos, la compañía dona productos aptos para el consumo, para su redistribución a quienes más lo necesitan, contribuyendo así a la seguridad alimentaria y a la reducción de residuos. Estas acciones no sólo generan un impacto social positivo, sino que también aportan beneficios ambientales significativos al disminuir las emisiones de gases de efecto invernadero asociadas al desperdicio, fortaleciendo el compromiso de Nestlé con una cadena de suministro más sostenible y responsable.