El surfista profesional chileno y activista medioambiental Ramón Navarro, junto a la Fundación Punta de Lobos, se sumaron al llamado a detener y reevaluar el proyecto de construcción de un espigón de piedra en la caleta de Los Botes, en la comuna de Pelluhue, Región del Maule.
Desde su experiencia en la protección de zonas costeras y en procesos de conservación comunitaria, Navarro enfatizó la importancia de escuchar a todos los actores involucrados y de no repetir errores del pasado.
“Cuando hablamos de hacer un muelle (espigón o rompeolas) —y lo encuentro muy necesario para los pescadores— es algo que lo necesitan. Tener un lugar de buen acceso para su labor de pesca es súper importante. Y somos comunidad costera. La comunidad costera va con pescadores, va con deportistas, va con la gente que habita y convive en el mar día a día. No nos podemos por qué separar.”
El apoyo de Navarro y la Fundación Punta de Lobos no se opone a mejorar las condiciones de los pescadores, sino que advierte sobre el impacto negativo que podría tener la infraestructura proyectada, especialmente en un entorno natural de alto valor como la rompiente de Los Botes.
“Cuando hablamos del muelle (espigón o rompeolas) de Pelluhue, específicamente en esta ola preciosa —que es una de las pocas olas así que hay en Chile, yo diría que es la única— al hacer este espigón de piedra va a pasar lo mismo. El movimiento de arena va a embancar todo. El banco de arena no lo van a poder frenar con una muralla de piedra, y eso lo tenemos claro. Y toda la gente de mar, y los pescadores, y los surfistas lo saben.”
En ese sentido, Navarro cuestionó la falta de estudios científicos sólidos y específicos sobre el comportamiento de los fondos de arena en la zona central de Chile, una deficiencia crítica al momento de planificar este tipo de obras.
“Desde mi punto de vista, en Chile no hay estudios reales de cómo es el comportamiento de los fondos de arena en la sexta, séptima y octava región. Esos estudios nunca los he visto, y los que hay no han sido para nada factibles ni buenos.”
Como ejemplo concreto de los riesgos, Navarro recordó el caso de Bucalemu, donde la construcción de un espigón de piedra sin estudios adecuados terminó perjudicando tanto a pescadores como al ecosistema costero.
“El ejemplo más claro que pasó en nuestra región es Bucalemu, donde sin hacer un estudio de movimientos de arena hicieron el muelle con piedra. Nosotros les dijimos en las reuniones: lo primero que va a pasar acá van a ser una ola para nosotros surfear. En Bucalemu no existía una ola para surfear. Tiraron todos estos montones de piedras, se gastaron una millonada para llegar a un muelle que no les funcionó.”
“Los pescadores tenían muchos días de acceso al mar con tamaño de olas menores a lo que es hoy en día. Con un poquito más de ola no pueden entrar y la entrada se les puso más peligrosa. Nosotros les advertimos que no iba a dar resultado porque Bucalemu no es apto para un muelle de piedra. Pero ahora solamente echaron a perder la caleta y no nos sirve de nada.”
Patricio Mekis, director de la Fundación Punta de Lobos, organización que ha demostrado en la práctica los beneficios sociales, económicos y ambientales de conservar el borde costero, se valora profundamente este proceso ciudadano que busca asegurar que cualquier intervención en el litoral tenga sentido ecológico, funcionalidad real y respaldo técnico.
“En el Parque Punta Lobos, habiendo protegido la tierra, se protegió también de una forma la ola. Y aquí hemos demostrado los beneficios —no solo sociales, económicos, ambientales— que se generan al proteger un espacio de la parte costera. Son reales motores que benefician a toda una comunidad, a una comuna, a nuestro país completo.”
Ramón Navarro cerró su mensaje haciendo un llamado directo a las autoridades a repensar la inversión y actuar con responsabilidad.
“Mi llamado a las autoridades es que, si se va a hacer una inversión para una caleta de pescadores, que sea buena, que sea de verdad funcional y que les sirva a los pescadores, y que no bloquee por un lado el tema del surf, y que el día de mañana no pase lo mismo que pasó en Bucalemu, que se gastó esa millonada y el muelle nunca funcionó.”