Una alianza entre la empresa chilena Empack, experta en embalaje industrial, y la israelí StePac, líder global en envases sustentables, promete revolucionar la industria frutícola nacional con envases inteligentes que extienden la frescura de la fruta y reducen drásticamente su impacto ambiental.
Cada año se pierden toneladas de fruta en la cadena de distribución, lo que no solo afecta a los productores, sino que también contribuye al cambio climático. Según datos de Too Good To Go, el desperdicio de alimentos representa cerca del 10% de las emisiones globales de gases de efecto invernadero.
Uno de los principales aportes de esta tecnología es permitir que frutas como la cereza chilena lleguen frescas a destinos lejanos como China en barco en lugar de avión, disminuyendo en un 95% las emisiones de CO₂.
Los nuevos envases destacan por: Controlar la humedad y el aire para mantener la frescura, Prevenir la descomposición prematura, usar hasta un 30% de plástico reciclado y ser reutilizables, reciclables y adaptables a diferentes frutas y condiciones logísticas.
Además del beneficio ambiental, este cambio logístico “permite reducir costos para los productores y mejorar el acceso a mercados internacionales. Por ejemplo, un solo contenedor transportado en barco con esta tecnología evita una contaminación equivalente a la de 185 automóviles funcionando durante un año”, explica Nicolás Vidal, gerente Nuevos Negocios Empack.
Finalmente, Empack y StePac destacan que conservar mejor los alimentos es clave para evitar el desperdicio de recursos como agua, energía y tierra, y para combatir el metano generado por la descomposición de alimentos, un gas con 25 veces más poder de calentamiento que el CO₂.
Esta alianza marca un paso firme hacia una agricultura más sustentable y responsable.