¿Alguna vez te has sentido cansado sin razón aparente? ¿Tus huesos te duelen más de lo normal? Estos podrían ser signos de una deficiencia de vitamina D. Aunque asociamos esta vitamina principalmente con la salud ósea, su importancia va más allá.
“La vitamina D es un nutriente esencial para nuestro cuerpo”, afirma el Dr. Christian Andrade, nutriólogo de Clínica INDISA. “Juega un papel crucial en la absorción de calcio y fósforo, algo fundamental para mantener no solo nuestros huesos fuertes y saludables, sino que para sentirnos felices y tranquilos”, detalla.
Existen diferentes factores que influyen en la producción de vitamina D, como la latitud, la estación del año, el tono de piel y el uso de protector solar. “Cuando esta se deja de producir es cuando empiezan los problemas”, advierte el Dr. Andrade.
Deficiencia de vitamina D
“Cuando existe una deficiencia de vitamina D, pueden surgir diversos problemas de salud, tanto a corto como a largo plazo”, advierte el nutriólogo.
Algunos de estos síntomas son:
- Huesos débiles y dolorosos: la falta de vitamina D puede llevar a enfermedades como el raquitismo en niños (huesos blandos y deformados) y la osteomalacia en adultos (huesos débiles y dolorosos).
- Fatiga y debilidad muscular.
- Dolor y mayor sensibilidad en las articulaciones.
- Mayor riesgo de infecciones.
Consecuencias a largo plazo:
- Osteoporosis: la falta prolongada de vitamina D puede debilitar los huesos y aumentar el riesgo de fracturas.
- Enfermedades cardiovasculares: se ha asociado la deficiencia de vitamina D con un mayor riesgo de enfermedades del corazón.
Vitamina D-el sol
“Muchas personas asocian la vitamina D con la exposición solar, lo que no está incorrecto, pero es importante tomar conocimiento de que el sol no es la única fuente de esta vitamina”, educa el Dr. Andrade.
“Gran parte de la absorción de Vitamina D se encuentra en nuestra dieta”, asegura. No siempre podemos exponernos al sol de manera adecuada, por lo que los alimentos ricos en vitamina D son una excelente forma de complementar nuestra ingesta.
Algunos de estos son:
- Pescados grasos: el salmón, el atún, las sardinas y la caballa.
- Hígado de bacalao.
- Huevos: especialmente las yemas.
- Hongos: especialmente los que se cultivan bajo luz ultravioleta.
- Alimentos fortificados: muchos productos lácteos (leche, yogur o queso), cereales y algunos zumos de naranja.
¿Cómo recuperar los niveles de vitamina D?
La cantidad de vitamina D que necesitas puede variar según tu edad, sexo, estado de salud y otros factores. Es fundamental consultar a un profesional de la salud para determinar tus necesidades individuales.
“Si tienes deficiencia de vitamina D, lo más probable es que tu médico te recete un suplemento; sin embargo, no es la única solución”, asegura el nutriólogo de INDISA. Puedes aumentar tus niveles de vitamina D siguiendo estos consejos:
- Exposición solar: trata de exponerte al sol durante 15 minutos al día, entre 9am y 11am. Recuerda siempre utilizar protector solar para proteger tu piel.
- Alimentación saludable: incluye en tu dieta alimentos ricos en vitamina D, como frutos secos y pescados azules.
- Consulta a tu médico: si tienes alguna preocupación sobre tus niveles de vitamina D.