Unos 40 millones de empleos se han destruido a nivel global entre marzo y julio de este año a causa de la crisis del Coronavirus, provocando uno de los costos más sensibles a la economía mundial producto de la emergencia sanitaria. Chile, lamentablemente, es el tercer país más afectado en términos de porcentaje de empleo perdido (21% entre marzo y julio), solo superado por otras dos economías latinoamericanas: Perú y Costa Rica.
El factor común en la evolución de los mercados laborales ha sido la pérdida de empleos a partir de las medidas de contención del contagio, y el abandono de la fuerza de trabajo por parte de los nuevos desempleados, ante la falta de expectativas en un contexto en que gran parte de las actividades económicas se encuentran (o encontraban) restringidas en su operación.
Lo anterior explica por qué el impacto ha sido mucho más fuerte en materia de empleo que en la tasa de desempleo (si las personas abandonan la fuerza laboral, dejan de ser contabilizados como desempleados).
La región Latinoamericana aparece como la más golpeada, con 6 países dentro de la lista de los que más han perdido empleo entre marzo y junio o julio: Los mencionados casos de Perú, con un 39%, Costa Rica (21%) y Chile (21%); además de Colombia (12%), Brasil (10%) y Argentina (7%). Completan el listado Filipinas (21%), Egipto y Armenia (ambos con caídas del 10%), y Estados Unidos (8%).
De los países que disponen de información actualizada, 51 exhiben caídas de diversa magnitud en su empleo, y solo 9 muestran alzas, aunque moderadas, destacando el caso de Austria (6%) y China (9%).
En el caso de Austria, al igual que otros países europeos, la agresiva implementación de medidas de retención de empleo y de programas de incentivo a la contratación temporal (ocupaciones de corto plazo), contribuyó a disminuir los costos en desempleo, aunque el vencimiento de varios de ellos, en un escenario todavía complejo, ha abierto el debate sobre su extención o renovación. También ha contribuido la relativa rapidez de reacción de los planes de desconfinamiento, si bien esta misma estrategia a generado temores respecto a los riesgos de rebrote del contagio.
China, epicentro del inicio del contagio, mejoró significativamente sus números en el segundo trimestre, creando, de acuerdo a nuestras estimaciones, más de 13 millones de empleos entre marzo y junio, después de haber perdido 6 millones en el primer trimestre.
Estados Unidos, por su parte, es la economía que más empleos perdió entre marzo y julio, con cerca de 12 millones y medio de personas que perdieron sus ocupaciones. A junio, en tanto, Brasil había perdido casi 9 millones de empleos desde marzo.
En general, entre los países del hemisferio norte se aprecia la mayor severidad del impacto laboral entre los meses de abril y mayo, mientras que junio y julio parecen ser el momento crítico en el Cono Sur de América. Estos patrones responden evidentemente a las curvas de desarrollo de la pandemia, y probablemente al hecho de que la mayor incidencia de contagios en Sudamérica ocurrió entre el otoño e invierno, a diferencia del Hemisferio Norte. Independientemente de las temporalidades, se observa claramente una mayor vulnerabilidad en los mercados latinoamericanos ante la crisis del Coronavirus. Consistentemente, los impactos son más severos y mucho más dramáticos que en las economías desarrolladas.
Desde el punto de vista del impacto del tipo de políticas de contención sanitaria, se observa que a medida que éstas se hacen más severas y por tanto más restrictivas para la movilidad y las actividades económicas, las tasas de desemplo son a su vez más elevadas.
En los próximos meses se espera una relativa mejoría en los indicadores laborales a nivel global, favorecida por el avance de nuevas tácticas de desconfinamiento y la reapertura parcial de actividades que estaban casi totalmente detenidas. De este modo, se consolida la percepción de que la mayor parte de los mercados laborales del mundo habrían tocado fondo entre abril y julio.
Las cifras aún muy preliminares de agosto al menos parecen ratificar esta tendencia. Hasta ahora, solo dos países han informado estadísticas laborales para ese mes: Estados Unidos, que recuperó más de 3 millones y medio de empleos respecto de julio, y Canadá, que agregó 250 mil. En el caso de Chile, si bien las cifras oficiales se conocerán a fines de septiembre, la encuesta alternativa del Centro de Encuestas y Estudios Longitudinales de la PUC sugiere que en agosto se habrían recuperado al menos 300 mil puestos de trabajo, una buena noticia, aunque aún insuficiente para salir del ranking de los países más afectados.