Esta semana ha estado marcada por hechos de violencia consistentes en baleos donde el denominador común parece ser el enfrentamiento entre bandas rivales de narcos en la capital. La reacción del gobierno consistente en enviar un proyecto de ley para combatir el crimen organizado, ha generado enfrentamientos entre gobierno y oposición, donde estos últimos han fustigado al gobierno por una supuesta tardanza en la reacción.
Más allá de la guerrilla política, es preocupante que hayan aumentado tales incidentes. Como si el país no hubiera ponderado el peligro en ciernes, se hizo una verdadera cultura de los velorios narco, los fuegos artificiales y el aumento del poder de fuego de bandas organizadas. Es difícil no pensar en países cruzados por la violencia delictual, como México y Colombia y es tiempo de poner remedio a estas conductas.
La clase política debe entender que no es momento para enfrentamientos contingentes ni cálculos electorales. En la actual disputa, los únicos ganadores son el crimen organizado, que aumenta cada día su poder, ante la complicidad tácita de la clase política que no logra ponerse de acuerdo en cosas tan básicas como la forma de adecuar las leyes a la nueva realidad. Es lamentable la miopía y esperemos que no sea demasiado tarde para poner remedio.
Las elecciones en el PC
También es interesante el fenómeno ocurrido en las elecciones que han tenido lugar en el Partido Comunista. Una vez más se ha elegido a Guillermo Teilier como el Secretario general de la organización, a pesar de que no tenía la mayoría. En todo caso, la decisión es coherente con el estilo jerárquico y de cuadros que ha caracterizado al partido.
En recientes declaraciones a la prensa, el flamante Secretario General, ha insistido en la actitud vigilante que tendrán de cara al nuevo proceso constituyente. Si bien el Partido no concurrió al Acuerdo por la Paz de noviembre de 2019, han intentado por todos los medios influir mediante la supuesta representación del pueblo organizado, como los cancerberos del proceso.
Claramente el Partido Comunista se ha perfilado como el líder de un polo de izquierda, que está dispuesto a rendir tributo a posiciones más ultras e identificadas con la nueva izquierda latinoamericana, que le rinde culto a las dictaduras venezolana y cubana y aspira a un modelo que rescate algunos elementos de aquellas realidades. Su política de alianzas con el Frente Amplio y el rompimiento de la unidad opositora, forman parte de una estrategia que tiene por objeto diferenciarse de sectores de la izquierda más moderada.
La candidata Narváez
Al nutrido caleidoscopio de candidatos presidenciales se ha sumado esta semana paula Narváez, del círculo estrecho de Michelle Bachelet y que ha sido ungida mediante una carta firmada nada menos que por la expresidenta y Alta Comisionada. Esta había anunciado hace un tiempo su voluntad de no postular a la primera magistratura nuevamente, pero se ve que continúa interesada en la contingencia nacional.
Las reacciones no se han dejado esperar. Destaca el Senador y Exministro José Miguel Insulza quien ha destacado el poco conocimiento que la ciudadanía tiene de Narváez. De inmediato Laura Albornoz le ha acusado de machista y misógino, por lo que se ve que la nueva candidata va a lomos del neofeminismo y el neobacheletismo. Aún no marca en las encuestas, por lo que no podemos hacer una proyección y habrá que estar pendiente de las cifras, que de una y otra forma, van a representar la adhesión que todavía mantiene la exmandataria.
Termina el año de cara a uno electoral, donde seguramente las fuerzas políticas van a medir sus influencias en la sociedad. Esperemos que 2021 nos encuentre en una nueva realidad sanitaria, pero de lo que si estamos ciertos es que en los próximos meses se va a rebarajar el naipe político, tanto en el gobierno como en la oposición. Y seguramente van a triunfar quienes sintonicen mejor con las necesidades de una población demasiado agobiada por la pandemia.