Estudios realizados por investigadores de INIA permitieron descifrar la identidad genética de la nueva variedad de uva presente en la localidad. Se trata de una parra que posee un origen criollo y que cuenta con una data de aproximadamente 102 años de vida. Así lo informaron los investigadores Irina Díaz- Gálvez y Nilo Mejía.
“Cuando encontramos una cepa de tipo NN significa que es una cepa que estaba perdida o confundida entre medio de los viñedos antiguos. Estas cepas son antiguas pero a la vez son nuevas, porque las estamos recién conociendo. Tienen un valor importante porque han sido transmitidas, heredadas de generación en generación y para los productores constituye una riqueza súper importante ya que al ser cepas únicas ellos van a poder competir en el mercado con vinos únicos a nivel mundial, lo cual les abre un abanico de posibilidades de entrar a nuevos mercados y también contar con materiales que están adaptados al cambio climático”, destacó la enóloga e investigadora de INIA, Irina Díaz-Gálvez.
Nueva cepa que permite posicionar aún más a San Javier de Loncomilla como principal productora de vino del Maule; así lo afirma el alcalde de la comuna Jorge Silva Sepúlveda.
“La cepa Caliboro es lo que se está dando hoy día, es única y lo que nosotros queremos proyectar, mantener y cuidar. Los propios dueños, los propios viñateros, están trabajando con el Municipio para posicionar esta cepa que tiene un valor incalculable y espero sea patentada por el INIA y así establecerla como cepa única en el mundo”, destacó Silva.
El Gerente General de la Viña “La Reserva”, Javier Rousseau Solar, cuenta en su propiedad con parras de la nueva cepa y destaca que la investigación en curso para poder localizarla lleva cuatro años en ejecución.
“Hoy en día estamos enfocados en presentar la investigación del material genético de la variedad Caliboro. Una parra muy antigua pero que recientemente la hemos identificado como variedad Criolla. Vemos la necesidad de tomar medidas drásticas contra el cambio climático y también aprovechar, buscar nuevos nichos y estudiar la historia del patrimonio vitivinícola que tenemos para poder comercializarla, generar ingresos para las comunidades, bienestar y prosperidad de todos quienes nos rodean”, describió.
Nuevas investigaciones que además permiten beneficiar a los habitantes de la localidad. “Para nosotros como Junta de Vecinos esto es muy importante. Estoy contento de que todos lo que nos acompañan le vean algo positivo a este rinconcito que es Caliboro. Yo trabajo con la comunidad y es muy importante posicionar el vino a nivel nacional e internacional. Yo soy el encargado de transportar el vino a todo el país así que estoy muy feliz por este avance”, finalizó Armando Cortines Yáñez, presidente de la Junta de Vecinos de Caliboro Alto.