La primera silla de ruedas capaz de superar elevaciones de manera autónoma será una realidad gracias a un dispositivo de asistencia eléctrica, que idearon estudiantes de quinto año de Ingeniería Civil Industrial de la Universidad Católica del Maule (UCM).
El prototipo, configurado para otorgar una mayor accesibilidad y fomentar la inclusión, aumentará sin duda la sensación de libertad de los usuarios.
“Con alturas de dos a tres centímetros es más fácil para las personas que utilizan sillas de ruedas activas, pero ya pasando los cinco centímetros yo diría que es imposible, sobre todo para quienes tienen menos fuerza, y por lo general las veredas son de 15 centímetros”, dijo José Briceño, uno de los creadores.
El proyecto que Briceño generó junto a su compañero Fernando Lara, quedó entre los veinte mejores inventos que postularon a la cuarta edición del Concurso Nacional Universitario Impacto Emprendedor, que impulsan el Banco de Chile y la Universidad del Desarrollo (UDD), y que recibió cerca de 400 iniciativas.
“Por experiencia sé que usar una silla de ruedas es un desafío en Chile y en general en cualquier parte del mundo, ya que no hay rampas, están en mal estado o las construyen mal. Nosotros queremos mejorar la accesibilidad”, agregó el alumno, cuyo mérito fue reconocido por la convocatoria con un incentivo de 200 mil pesos.
El concurso, que entregará financiamiento inicial y premios por 36 millones de pesos, tendrá diez ganadores.
“Las otras sillas de ruedas solo impulsan a las personas en terrenos planos; la de nosotros supera elevaciones de forma independiente. Nos sentimos optimistas”, acotó Lara.
Proyecto ANDET
Briceño y Lara no fueron los únicos estudiantes de la UCM que postularon un emprendimiento de base científico-tecnológica a un certamen. Nicolás Herrera, también de Ingeniería Civil Industrial, desea igualmente demostrar que las aulas son tierra fértil para la creación de soluciones ante el programa “Brain Chile”.
“Yo hice una práctica súper provechosa en una empresa telefónica y allí advertí una brecha que se puede resolver con inteligencia artificial”, explicó el autor de la apuesta llamada Andet, por Anomaly Detection, en inglés.
“Compañías de gran grosor -sostuvo- tienen bases de datos gigantescas, dentro de las cuales es muy complicado encontrar errores. Por eso nació la idea de detectar anomalías con inteligencia artificial. Por ejemplo, si hablamos de ventas, imaginemos que la venta normal es de mil millones de pesos y de repente surge una venta de diez mil millones. Eso es algo extraño que hay que identificar pronto”, enfatizó.
Tanto el proyecto de Herrera, como la iniciativa de Briceño y Lara, cuentan con el apoyo de la Unidad de Emprendimiento Innovador del plantel maulino.