En la antesala de una nueva conmemoración del Día del Padre, un estudio de GfK, una compañía NIQ, revela los grandes cambios que se producen en los hombres cuando se transforman en padres, instante en que comienzan a variar sus conductas, emociones, preocupaciones y prioridades.
La investigación realizada a hombres de todo el país y de todos los segmentos socioeconómicos, descubrió que los padres concentran sus principales preocupaciones en la contingencia, seguridad y jubilación (delincuencia 59%, jubilación 20%, corrupción 20%, precios 26%), mientras que quienes no son padres ponen el foco de su inquietud en la situación económica y laboral (inflación y precios 20% – desempleo 20%). Pese a estas preocupaciones, solo un 32% de padres y no padres se declara estresado.
Respecto de situaciones cotidianas y de distracción, el 76% de los papás “nido canguro” (con hijos adultos viviendo en casa) ven TV abierta o por cable, mientras que el 56% de los papás de bebés hacen reparaciones o arreglos en el hogar. Quienes no son padres escuchan más música (52%) que quienes ya son papás. Un 52% de los “no papás” se juntan con amigos, mientras que solo un 34% de los padres no lo hacen. Asimismo, un 37% de los hombres que no son padres juegan videojuegos, mientras que solo un 19% de los papás lo hace.
Escenario financiero
Respecto de la situación financiera, los papás cargan con mayor responsabilidad y optan por estar más endeudados, versus los “no papás”, quienes incluso tienden a declarar mayor capacidad de ahorro.
El 70% de los papás afirma que evita comprar cosas que no son de primera necesidad, un 62% asegura, además, que este año tiene pensado gastar menos que el año pasado, mientras que un 62% sostiene que está buscando nuevas vías de ingresos.
Tales afirmaciones se sustentan en que solo un 16% de los papás señala que su situación financiera les alcanza de buena manera y que pueden ahorrar, mientras que un 30% sostiene lo contrario, apuntando que está endeudado. Quienes no son padres, creen que pueden ahorrar (20%) y solo un 22% se declara endeudado.
En este punto, las prioridades aparecen diametralmente opuestas entre padres y “no padres”: Quienes son papás tienen como principal tarea pagar sus deudas y un 52% de ellos dedicaría dineros extras a este ítem y un 30% señala que arreglaría su casa. En cambio, los “no papás”, en caso de contar con recursos extras, un 51% de ellos los destinaría a invertir, un 50% en comprar una vivienda y un 35% a ahorro o instalar algún negocio propio.
Papás felices
Al observar la satisfacción con la vida y la felicidad, los papás corren con ventaja. En términos generales, un 37% de los padres se considera feliz o muy feliz, versus el 30% de los “no padres”, además, un 51% de los papás de bebés se sienten felices o muy felices.
Los papás superan a los “no papás” en términos de satisfacción en aspectos como relación de pareja (54% vs. 31%), estado de salud mental (47% vs. 33%), tipo de trabajo que desempeñan (44% vs. 24%), desarrollo profesional (42% vs. 27%), apariencia física (37% vs. 29%).
“La paternidad, asociada a la responsabilidad de criar hijos, trae consigo cambios significativos en las prioridades y preocupaciones de los hombres, pudiendo moldear las perspectivas, preocupaciones, conductas financieras y también de consumo. Los hombres que son padres parecen tener una percepción incrementada de la vulnerabilidad y junto con esto, la necesidad de brindar un futuro estable y tranquilo para sus familias. En este contexto, la seguridad, tanto a corto como a largo plazo, se convierte en un pilar fundamental de sus decisiones cotidianas, de manera que las preocupaciones sobre la delincuencia, la jubilación y la contingencia son más prominentes”, sostiene Karina Cortez, Senior Research Consultant – Consumer & Marketing Insight en GfK, an NIQ Company.
“La situación económica se torna más desafiante para aquellos que son padres, -agrega Karina Cortez-, ya que además del evidente aumento en los gastos asociados con la crianza de los hijos, existe la presión de mantener un estándar de vida adecuado para sus familias, y como respuesta a estas dificultades, los padres adoptan más estrategias, tanto para reducir gastos, como para generar ingresos adicionales, priorizando la compra de bienes de primera necesidad y el pago de deudas en caso de disponer de dinero extra, haciendo de la prudencia financiera un factor central en su estilo de vida. No obstante, estos desafíos económicos, los hombres que son padres reportan mayores niveles de felicidad y satisfacción en comparación con quienes no lo son. La paternidad parece aportar un sentido de propósito y satisfacción personal, apalancado en los vínculos y responsabilidades familiares, a diferencia de los hombres sin hijos, que tienden a centrar sus preocupaciones en la estabilidad inmediata del empleo y el costo de vida, dando cuenta de un enfoque más personal orientado al crecimiento personal y profesional”.