La economía chilena continúa mostrando signos de recuperación siendo, para algunos, una sorpresa después del contraste de proyecciones entre el denominado economista de apellido compuesto y el gobierno. Según lo informado por el Banco Central durante la primera semana de abril, el Indicador Mensual de Actividad Económica (Imacec) de febrero registró un crecimiento de 4,5%, siendo el mayor registro desde mayo de 2022.
Uno de los factores a destacar fue el efecto positivo que tuvo el día adicional de febrero 2024 por ser un año bisiesto, en comparación con el mismo mes del año anterior, siendo un efecto que sumó entre 0,8% y 1,2% al indicador de este mes. Pese a este efecto, lo más destacado fue el crecimiento de 0,8% del Imacec con respecto al mes anterior gracias al crecimiento de todos los sectores productivos, incidido principalmente por la minería, los servicios y la industria.
Esta es una buena noticia ya que da cuenta de un proceso de recuperación y crecimiento económico que es beneficioso para la sociedad. Por una parte, la mejora en la capacidad productiva de las empresas podría traducirse en la creación de más empleos, lo que favorece los ingresos tanto de las empresas como de los trabajadores, permitiendo que las personas puedan demandar más bienes y servicios necesarios para su bienestar.
Por otro lado, la reactivación económica, sumada a la disminución de la inflación, son señales positivas respecto a un sistema económico que se estabiliza después de periodos de varios cambios y fluctuaciones, lo que mejora la confianza e incentiva la inversión en el país. Este último componente es clave si se quiere seguir avanzando en una senda económica positiva que abra más oportunidades de empleo y mejoras en los ingresos de los hogares.
Sin embargo, es importante considerar que esta senda no es directa y que la sociedad tampoco tendrá resultados inmediatos. Esta señal positiva hace parte de un proceso lento de recuperación que mostrará sus resultados de forma gradual y progresiva. Por ello, es esencial seguir fortaleciendo la agenda orientada al crecimiento económico de mediano plazo que promueva el desarrollo económico y social del país con miras al bienestar general de sus ciudadanos(as).
Susana Chacón Espejo
Economista
Magíster en Economía Aplicada y Políticas Públicas
Escuela de Ingeniería Comercial, Universidad Santo Tomás