Así como los seres humanos y los animales, nuestras frutas, verduras y hortalizas también tienen un sistema inmune, con macrobiotas y microbiotas que ayudan a combatir enfermedades, agentes externos, plagas, virus, bacterias y parásitos. El tema es cómo se combaten, y es ahí donde trabajar con productos naturales, como los hongos endófitos, pueden marcar la diferencia.
Un proyecto que apunta en esta dirección fue impulsado por el Instituto de Investigaciones Agropecuarias INIA Rayentué, y logró adjudicarse el Fondo de Innovación para la Competitividad (FIC) perteneciente al Gobierno Regional de O’Higgins. El proyecto, denominado “Transferencia bioinmunizador endófito para el control de plagas y enfermedades en cucurbitáceas”, fue recientemente lanzado en dependencias de INIA Rayentué, donde a través de un seminario se explicaron los alcances y beneficios de trabajar con hongos endófitos.
“Este fondo busca la elaboración de un bioinmunizador a base de hongos endófitos para el control de plagas y enfermedades más importantes en los cultivos de melón y sandía. Es primera vez que se trabajará con cucurbitáceas, por lo que los resultados pueden ser muy relevantes respecto no solo a la sanidad vegetal, sino que también a aristas organolépticas (sabor, olor), que podrían ser considerablemente mejores. Gracias al GORE estamos avanzando en métodos sustentables y amistosos con nuestro ambiente”, señaló Bárbara Vega, investigadora extensionista de INIA Rayentué y directora de este FIC.
El seminario de lanzamiento contó con las intervenciones de la propia directora de proyecto, quien entregó los primeros resultados del diagnóstico levantado y los alcances del proyecto. También expuso la investigadora de INIA Quilamapu Dra. Lorena Barra, quien además es una de las desarrolladoras de Endomix, startup nacida desde INIA que produce hongos endófitos como alternativa sustentable y ecoamigable para el control de plagas y enfermedades en la agricultura (www.endofitos.com). Finalmente, tuvo lugar la presentación de Ariel Salvatierra, especialista del Centro de Estudios Avanzados en Fruticultura (CEAF), institución que también es colaborador en este proyecto, determinando el efecto que tiene el uso de endófitos en la calidad de las sandías y melones, evaluando la capacidad antioxidante, azúcares, entre otros.
La propuesta se trata, finalmente, de una solución biológica que utilizan aislamientos nativos de hongos endófitos de distintos géneros pertenecientes a INIA. Los géneros seleccionados han sido utilizados como agentes de control biológico de plagas y enfermedades, durante las últimas décadas y ha tenido una comprobada eficacia en el control en distintos cultivos, por lo cual están creciendo en el mercado a tasas del 18% anual.
Este FIC tendrá una duración de 3 años, y cuenta con una inversión de más de $176 millones, que irán en directo beneficio de pequeños agricultores dedicados a los cultivos ya señalados.