El regreso a clases, que viene acompañado de exigencia académica y cambios de horario, pueden generar altos niveles de estrés y ansiedad en los estudiantes. De esta manera, quienes postergan la hora de dormir en este nuevo período de adaptación a la rutina, tienen posibilidades de afectar negativamente la calidad y duración del sueño, incidiendo tanto en el rendimiento académico, como el estado de ánimo y salud en general.
En este contexto, la nutrición juega un papel fundamental. Según expertos, la ingesta de Omega 3 sería un fuerte aliado para mejorar el sueño de niñas, niños y adolescentes. “Estos ácidos grasos son esenciales ya que nuestro cuerpo no lo produce por sí mismo, encontrándose principalmente en pescados grasos como el jurel o el salmón, al igual que en frutos secos, como las nueces y las semillas de linaza”, explica María Trinidad Forteza, nutricionista y colaboradora de la marca San José de Orizon Seafood.
En esa línea, diversos estudios han demostrado que estos ácidos grasos, especialmente el docosahexaenoico (DHA) y el eicosapentaenoico (EPA), son componentes vitales de las membranas celulares del cerebro. En relación con el sueño, si el Omega 3 se combina con la Vitamina D, se puede potenciar la producción de melatonina. “Es crucial entender que el Omega 3 no actúa como un inductor directo del sueño, ya que no posee propiedades sedantes, sino que su impacto radica en los beneficios que aporta durante el período de descanso nocturno”, agrega la especialista.
En tanto, Mario Díaz, neurólogo especialista en medicina del sueño de Clínica Somno, comenta que “el sueño es una de las principales funciones reguladas en el cerebro. Se trata de una necesidad humana esencial para la sensación de bienestar y para un buen nivel de funciones cognitivas como la memoria. Por lo mismo, los ácidos grasos poli-insaturados tienen una función importante en la maduración del sistema nervioso. Incluso, algunos hallazgos sugieren que el Omega 3 tiene beneficios en la calidad más que en la cantidad del descanso”.
Si se desea incluir estos ácidos grasos en la alimentación de los escolares y jóvenes, ambos especialistas recomiendan dos porciones de pescado graso a la semana en las comidas regulares. Esta puede ser una estrategia efectiva para aumentar la ingesta de Omega 3 y así obtener los beneficios de su consumo.