Difícil tarea, por no decir imposible, tienen los partidos de derecha en suplir al ex gobernante Sebastián Piñera que ha dejado el legado de ser democrático, capaz de llegar a acuerdos y escuchar y dialogar con los opositores, transformándose en un líder reconocido y respetado transversalmente.
Del conglomerado que lo seguía no denominaré, para este propósito, a los llamados partidos de centro derecha como tales, porque para mi no existe ni centro derecha ni centro izquierda. Existe la izquierda, la derecha, la extrema izquierda y la extrema derecha. Así englobaré a los Amarillos y a los Demócratas en la derecha y separaré a los Republicanos de los partidos de derecha.
La primera pregunta es: ¿Qué líder tiene ahora la derecha? La respuesta es corta: ¡No tiene! La segunda pregunta es: ¿Quién puede suplir al expresidente? La respuesta nuevamente es corta: ¡Nadie!
Por supuesto que todos los atributos a Sebastián Piñera, merecidos para algunos e imaginarios para otros, los partidos de derecha tratarán de extenderlos y atribuírselos, sin entender que “el pueblo” reacciona como acostumbra a hacerlo culturalmente: la persona fallecida siempre es buena. Eso, en ningún momento, significa tener al pueblo de su lado, a no ser que lo adopten con el único tema que tienen: “Seguridad”.
La derecha solo tiene dos caminos a seguir. Uno, tratar de demostrar y mostrar un rostro más agraciado que el que tienen, siendo coherentes con el legado de Piñera, accediendo a dialogar y a llegar a acuerdos o saldrán del oasis en marzo, cuando los parlamentarios vuelven de su descanso, y seguirán su tradicional defensa a ultranza del sistema, con los archiconocidos escuderos que saben muy bien como denostar y mentir para lograr la inamovilidad de todo lo que presente el gobierno.
Ni siquiera se espera un recambio generacional con nuevos rostros, pues la candidata ya está designada por las encuestas.
Candidata que no quiere llegar a acuerdos con lo acaba de manifestar sobre el ex gobernante Piñera, emplazando al oficialismo: “Una cosa es decir ahora que es un demócrata y otra es como lo hicieron sufrir”
En todo caso la señora Evelyn Matthei, por arraigo y descendencia es imposible que se arrogue ese papel de líder, como era Sebastián Piñera que, lejos de crecer en un hogar de humanistas como lo fue el padre democratacristiano del expresidente, ella fue formada con un diseño de vida militar, con un padre que participó de la dictadura militar.
Ella sabe que lo que le queda sería usurpar el liderazgo de Sebastián Piñera y que para ser candidata creíble, debería desdecirse de su carácter de rigor marcial y populista que es más que seguro será incrementado por el partido Republicano en un pacto ineludible con Chile Vamos.
Así el tema de seguridad va a ser casi inoficioso con todos los esfuerzos gubernamentales. Aunque sea solo como reconocimiento de los esfuerzos del oficialismo, este tema llegará debilitado para la campaña.
Con todo, del título de este artículo, rescato solo “Ha Muerto el Rey”
Mario Toro Vicencio
Escritor y Poeta