Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), más del 50% de la población mundial experimenta dificultades para conciliar el sueño, mantenerse dormido durante la noche o disfrutar de un descanso prolongado. Este problema, que afecta a millones de personas, no solo se debe a la agitación de la vida cotidiana, sino que también está relacionado con patologías como la apnea del sueño y otros factores que interrumpen nuestro tan necesario descanso.
“La calidad de nuestro sueño está intrínsecamente ligada a la calidad de vida que llevamos”, explica Cynthia Cariaga, académica de la Carrera de Enfermería de Universidad de Las Américas de la Sede Concepción, quien agrega que “un buen sueño es esencial para nuestro bienestar general. Por lo tanto, es crucial tomar medidas para crear un ambiente propicio que facilite el merecido descanso”.
Para lograrlo una de las claves es mantener una buena higiene del sueño, lo cual significa ajustar nuestro estilo de vida para promover un descanso reparador. Al respecto, la profesional recomienda algunas acciones simples y económicas que se pueden adoptar para cumplir este objetivo:
Tener claro que la habitación es un lugar para descansar y desconectarse del mundo exterior.
Generar un ambiente propicio para descansar, evitando los estímulos externos (habitación muy iluminada, televisión encendida, ruidos muy estimulantes).
Evitar el consumo de alimentos estimulantes como el café, bebidas alcohólicas o energéticas.
No consumir porciones de alimentos muy copiosas antes de descansar y que la última comida sea máximo a las 20.00 horas.
Evitar el uso de pantallas en la cama, tales como celular o computador.
Intentar planificar horarios para levantarse y acostarse.
Mantener una ventilación adecuada en nuestra habitación de manera que fluya el aire y se genere una temperatura agradable para poder descansar y relajarnos.
Utilizar ropa de cama cómoda y holgada, evitar el uso de joyas o accesorios al dormir.
Intentar no consumir fármacos sin indicación médica.
Mantener controladas patologías de base como síndrome de piernas inquietas, apnea del sueño, entre otras.
Tomar una ducha con agua tibia antes de acostarse.
En niños generar rutinas a diario y evitar la hiperestimulación.
“En un mundo que nunca se detiene, debemos recordar la importancia de priorizar nuestro sueño y, mediante la implementación de estas simples medidas, tomar el control de nuestra salud y bienestar”, sentenció Cariaga.