El ministerio de Salud volvió a instruir el uso de mascarillas a los mayores de cinco años en los colegios. Esto busca ser una ayuda para evitar contagios de virus que están causando estragos, sobre todo, entre los lactantes. Si bien es una medida que fue valorada por gran parte de los especialistas, no es la única forma de prevenir estar en contacto con infecciones.
Sumado a ello, durante las últimas semanas se han registrado temperaturas bajo cero y que aumentan durante el día sobrepasando los 20°. Esta oscilación del clima afecta a cómo nos abrigamos o capeamos el calor según sea el caso. Sin embargo, como Clínica Núcleo Salud, nos sumamos al llamado para reforzar las medidas de seguridad y evitar la propagación de los virus respiratorios.
Nuestro experto, el médico broncopulmonar Renato Balbontín estima que hay una serie de recomendaciones fundamentales para prevenir la propagación de las enfermedades respiratorias:
- La importancia de la ventilación: Abrir puertas o ventanas es una de las primeras recomendaciones, la que cobra mayor importancia si es que hay alguien que ya esté enfermo en la casa. El consejo es permitir que ingrese aire fresco desde el exterior durante 10 a 15 minutos para así mejorar las condiciones del aire.
- Aumentar la frecuencia del lavado de manos: Como aprendimos durante la pandemia, el constante lavado de manos con agua y jabón disminuye la transmisión de gérmenes de un individuo a otro. Quienes convivan con algún recién nacido deben tener especial atención con este ítem, sobre todo antes de cualquier contacto.
- Ojo con la calefacción: Si bien es fundamental no pasar frío, la recomendación es no exagerar con la temperatura que hay dentro de la casa, por lo que es necesario escoger un adecuado sistema para calefaccionar el hogar, ya que hay estufas como las de parafina, que contaminan más rápidamente el ambiente y pueden agravar las condiciones de salud del menor o de personas de la tercera edad que se encuentran con alguna enfermedad respiratoria.
- Uso de mascarillas: es recomendable que si concurrimos a lugares de mucho tránsito o muy concurridos como en el transporte público o eventos masivos, las personas que tienen síntomas de resfrío, tos, gripe o bronquitis, usen adecuadamente sus mascarillas hasta sentirse recuperados.
- Consumir abundante líquido: El resfrío puede provocar que la persona afectada sea más vulnerable a síntomas de deshidratación. Consumir agua y hacer reposo ayuda a la defensa del organismo. Cabe recordar que el 70% del cuerpo es agua, por lo que consumir líquidos suficientes aumenta la eficacia del sistema inmunológico.
- Alimentación más saludable: Si cargamos nuestro organismo con comidas pesadas, grasas o muchos excesos, podemos estar aumentado la probabilidad de enfermarnos sin quererlo. Si mantenemos una dieta basada en frutas, vegetales y alimentos sanos, nuestro cuerpo tendrá un mejor sistema de defensa ante los virus. El tipo de comida, el momento y la forma de ingerirla influye en la rapidez con el que el organismo envejece y, por consiguiente, la duración de la vida.
- La importancia del ejercicio físico: El acondicionamiento adaptado a las posibilidades y la edad de cada persona proporciona mejor circulación sanguínea, fortaleciendo el músculo cardiaco y normaliza la presión arterial. Si este ejercicio se hace en espacios abiertos, además las células cerebrales son beneficiadas por el aire puro. Todo lo anterior ayuda a tener un organismo más sano y que estará preparado de mejor forma para combatir infecciones.
“Cabe recordar la importancia de estar siempre alerta a las condiciones y síntomas de salud. Si el menor tiene una temperatura sobre 37,5° que no cede ante medicamentos, si presenta tos o se rehúsa a comer, es aconsejable llevarlo a una consulta médica. Si se trata de adultos mayores también hay que estar atentos ante dificultad para desplazarse, signos de agitación y también a la falta de apetito”, destaca el doctor Balbontín.