Tiene un tamaño mediano, pero es diminuta al fin. Nadie pensaría que una mariposa de semblante vulnerable, puede volar ida y vuelta entre Chile y Venezuela, afrontando depredadores y temperaturas intensas. Se llama “Vanessa carye” y es frágil solo en apariencia.
“La mariposa hace una ruta por lugares muy inhóspitos y fríos, de hasta 20 grados bajo cero, por la Cordillera de Los Andes. Si para, se congela, porque creemos que no tiene proteínas anticongelantes”, señaló el doctor en Biología Evolutiva, Hugo Benítez, quien estudia a la también llamada “Mariposa de la tarde”, en el marco de una investigación sobre la biodiversidad del Altiplano y los patrones de adaptación de animales en ambientes extremos.
“Puede alcanzar los 5.200 metros de altura, a una velocidad inimaginable. La hemos visto volando contra el viento a quizás más de 80 kilómetros por hora. ¿Por qué tiene esta capacidad migratoria y cómo lo hace? Creemos que las respuestas están en sus genes y de hecho hay pistas en su historia evolutiva”, enfatizó Benítez, director del Centro de Investigación de Estudios Avanzados del Maule, perteneciente a la UCM.
Su interés por Vanessa Carye no es nuevo. Desde su Laboratorio de Ecología y Morfometría Evolutiva en la Universidad Católica del Maule, el científico lleva cuatro años escrutando la historia evolutiva del Altiplano, con el apoyo de FONDECYT y dos grandes agencias donde el investigador es parte: el Instituto Milenio de Biodiversidad Antártica y Subantártica (BASE) y el Centro Basal Internacional Cabo de Hornos (CHIC).
“En la última expedición estudiamos dos grupos de insectos muy particulares, la Vanessa Carye, altamente migratoria, y la Itylos titicaca, con una movilidad reducida. Fue muy interesante constatar que en un mismo ambiente pueden habitar animales con estilos de vida sumamente distintos. Uno que puede migrar desde Venezuela hasta Tierra del Fuego y el otro, que apenas se mueve unos poquitos metros dentro del bofedal andino que le permite vivir”, sostuvo el académico respecto a la expedición que incluyó sitios de trabajo en el Lago Chungará y el Salar de Surire en la Región de Arica y Parinacota.
Migrante solitaria
La mariposa de la tarde, que debe su apodo al hábito de tomar sol al atardecer posada al borde de caminos y jardines, no solo recorre una larga distancia. Su viaje constituye, además, un evento individual.
“Sus rutas de desplazamiento son solitarias y eso es un aspecto único en la naturaleza, porque la mariposa monarca, por ejemplo, migra en grupos grandes. Pensamos y seguimos estudiando para confirmar que la Vanessa carye tiene un estatus migratorio con dos rutas en Chile: los Andes y la costa. Si logramos determinar que está realmente migrando sería la migración de mariposa más extensa del mundo”, indicó el académico, quien participó en un proyecto que ubicó el origen del insecto en la línea de tiempo del planeta.
“Conseguimos dilucidar que el origen de las mariposas fue hace unos 100 millones de años y que ponían sus huevos en leguminosas. Tiempo atrás se decía que las mariposas estaban conectadas a las plantas con flores, que aparecieron hace 300 millones de años, pero sobre la base de la investigación que efectuó nuestro consorcio internacional de más de 28 países, nos dimos cuenta que no, que aparecieron 200 millones de años después, porque antes había otros insectos que ocupaban el ambiente, como moscas que polinizan flores, libélulas y abejas”, precisó.
El investigador presentó estos hallazgos, también publicados en la prestigiosa revista británica “Nature Ecology and Evolution”, en el VI Congreso de Zoología, organizado recientemente por la Universidad de Córdoba y la Asociación Colombiana de Zoología.