TALCA.- ¿Qué significa en lo práctico que ya existen varias vacunas que afirman tener un alto porcentaje de efectividad para el COVID19? Para la Dra. Laura Andrea Huidobro M. PhD, MSc, académico del Departamento de Ciencias Preclínicas de la Facultad de Medicina de la Universidad Católica del Maule, es una muy buena noticia. “En realidad, lo que se mide en estos primeros estudios corresponde a eficacia, no a efectividad. La diferencia es que la eficacia se mide en condiciones ideales y la efectividad en condiciones reales”, comentó.
Haciendo un alto en su ajetreada jornada, la Dra. Huidobro, sostuvo que “Una eficacia del 90% es muy buena y puede significar que en los próximos meses estén en condiciones de salir al mercado. Una vez que el 60% de la población esté vacunada, podremos decir que el virus está controlado y que irá decreciendo su capacidad de diseminarse”, afirmó.
Lamentablemente, advirtió la Dra. Huidobro, el contar con una vacuna no asegura inmunidad futura sobre el COVID19. “No lo sabemos. Debemos estudiar la inmunidad celular que queda, esos estudios aún no se han realizado. Sin embargo, sí pensamos que el coronavirus del SARS Cov 1 dura seis años, es muy posible que este coronavirus sea similar. Es probable que debamos re vacunar cada cierto tiempo”, detalló.
Sobre lo que sí se tiene certeza, es que la vacuna es aconsejable para toda la población. “Hasta ahora, para toda la población, las especificaciones las deberá dar cada laboratorio para cada vacuna en particular, lo que dependerá de las poblaciones que ellos hayan estudiado”, expuso la doctora Huidobro.
¿Cómo actúan estas vacunas?
Las vacunas son partes del virus, explicó la académica de la Facultad de Medicina de la UCM. “Ya sea su material genético o alguna proteína que el cuerpo humano es capaz de reconocer como extraña y, por lo tanto, genera anticuerpos contra ellos. En este proceso quedan células de memoria que, al exponerse nuevamente a estos antígenos en el virus, en caso que la persona se infecte, rápidamente reaccionan, generan anticuerpos y la persona no se enferma (no alcanza a tener síntomas)”, expuso.
Y es por esto que el llamado es especialmente a quienes, a pesar de la extensa evidencia científica, todavía piensan que las vacunas pueden resultar perjudiciales para la salud de las personas. “Las vacunas son un tremendo aporte a la salud, sin ellas, la humanidad habría perdido millones de vidas anualmente de viruela, sarampión, influenza, entre otras enfermedades. Los efectos adversos son mínimos y poco frecuentes y los beneficios son incalculables. Estas personas desconfiadas, si son muchas, pueden impedir que se alcance el nivel necesario de inmunidad para contener la epidemia. les diría que confíen en la ciencia y que se protejan no solo ellos, sino a los que los rodean con la vacuna contra SARS Cov 2”, afirmó.