El Gobierno Regional del Maule realizó una inversión que supera los 427 millones de pesos para que 55 mujeres de la región se realicen una reconstrucción mamaria post cáncer en el Hospital Regional de Talca (HRT), operativo ejecutado por especialistas y equipos voluntarios de Fundación Traesol, y que tiene por objetivo disminuir la lista de espera existente en esta área, y por supuesto mejorar considerablemente la calidad de vida de las mujeres.
Si bien la primera etapa de este operativo se inició el 3 y 4 de marzo con nueve usuarias intervenidas en el HRT -junto a equipos quirúrgicos locales y en coordinación con el Servicio de Salud Maule- hay dos jornadas más contempladas este mes, hasta alcanzar a 55 mujeres, pero ya se están observando positivos resultados.
Es el caso de dos pacientes que acudieron al hospital de alta complejidad a seguimiento y control con el equipo voluntario en Cirugía Plástica y Reconstructiva de dicha fundación recientemente, y que entregaron su motivador testimonio de supervivencia.
Testimonios
Yessica Salazar es de la comuna de Linares y asistió a una consulta de seguimiento, ya que le realizaron la reconstrucción mamaria hace un mes en el HRT.
Según explicó, está “contenta. Me encontraron súper bien gracias a Dios y me he sentido súper bien. El cáncer, me lo detectaron el 2011 y estuve esperando la reconstrucción de la mama derecha. Ahora existió la oportunidad de operarse y aproveché”.
Si bien el no contar con especialistas es una de las limitantes en la región, su reconstrucción mamaria está avanzando afortunadamente, y eso tiene a Yessica muy motivada, aunque destacó que desde el diagnóstico, nunca perdió la fe en que todo saldría bien.
“Como mujer igual estoy bien, pero para mí lo más importante es que el tratamiento hasta el momento ha estado bien, lo más importante es tener vida, salud”, sostuvo.
Añadió que se dio cuenta que esta enfermedad no tiene edad, pues también afecta a mujeres jóvenes, por ello es vital realizarse el chequeo anual correspondiente, para detectar a tiempo algún problema.
“Ahora tener mi mama es más lindo, a no tener nada. Usar una ropita interior linda, para mí es muy bonito. Con fe y con harto ánimo uno sale adelante. Yo por lo menos, me encomendé mucho a Dios, porque somos una familia muy católica. El apoyo de la familia, la fe y el ánimo es fundamental en estos casos, porque yo en ningún momento pensé en la muerte. En ningún momento hay que ser negativos”, comentó.
Autoexamen
El otro testimonio es de Marta Barrios, oriunda de Curicó, quien en el 2019 detectó algo anormal en su mama derecha, específicamente un “porotito”, gracias a un autoexamen.
“Pasé por un tratamiento de quimioterapia en el hospital. Me hicieron la mastectomía en marzo del 2020, una semana antes que se suspendieran las operaciones por Covid-19”, indicó.
Agregó que le “pusieron una inyección porque era un cáncer agresivo, pero sí tengo que destacar que todo ese proceso se realizó inmediatamente. Gracias a eso estoy sana, no tuve ninguna suspensión de ningún tratamiento, de ninguna quimioterapia, de nada por la pandemia. El equipo humano es excelente en el hospital”, relató Marta.
Hoy es paciente del operativo, pues el expansor (de tejido del pecho) que le pusieron se rompió y ahora se lo reemplazaron para poder tener la reconstrucción mamaria finalmente, cirugía que estaría programada para el primer semestre de este año.
“Estoy muy contenta porque esto me está permitiendo cerrar un ciclo. Es importante también porque hay un respaldo humano, los doctores son muy preocupados de todo lo que a uno le afecta en esta instancia, no solo lo físico. Son personas que uno ve que están muy comprometidas con el proceso de recuperación completo que uno quiere tener y necesita en estos momentos”, explicó Marta.
Afecta al entorno
El cáncer, en cualquiera de sus tipos y estadios, afecta al paciente, pero también significa un golpe grande a la familia y su entorno.
Ante eso, es vital el apoyo integral que reciban en su hospital. En el caso de Marta (y el resto de las pacientes), durante el proceso de quimioterapia contó –ella y su familia- con asistencia psicológica.
“El entorno se ve muy muy afectado. Le tuve que explicar a mi hija -que tenía 10 años en ese entonces- que la mamá tenía cáncer, entonces no es una situación fácil”, dijo.
Continuó: “Gracias a Dios siempre tuve el apoyo de mi familia, entonces la parte estética que implica esta operación me afectó, pero pude sobrellevarla bien. Sin embargo, como uno vuelve al mundo del trabajo y quiere verse bien, sentirse bien, cerrar este ciclo apunta a eso también, incluso cuando uno se ve al espejo, pueda ver que esa etapa ya pasó”.
Finalizó invitando a que “todos se hagan los exámenes cuando corresponda, un autoexamen, porque detectado a tiempo, salva la vida”.