El miércoles 8 de marzo la Reforma Tributaria sufrió un duro revés en la Sala de la Cámara de Diputados, pues esta rechazó la idea de legislar por 73 a 71 votos y tres abstenciones no logrando con ello el quorum mínimo de 74 votos.
Pero cómo esta Reforma que “era la mayor alza tributaria de la historia” y que buscaba recaudar US$13 mil millones, US$73 mil millones en total al cabo de cinco años, para destinarse a mejoras en educación, salud, pensiones, sistema nacional de cuidados, etc, se vio frenada en la Cámara.
Un hecho clave es que se buscaba recaudar mucho, pero de pocos, los más ricos. De hecho, y como lo dijo el Ministro Mario Marcel, “para el 97% de los contribuyentes la reforman no tendrá impacto.” El propósito era recaudar más que generar incentivos para atraer inversiones o hacer más eficiente el Estado.
Y quizás este impuesto al patrimonio fue uno de los temas claves. Como decía Juan Sutil, Presidente de la CPC: Chile sigue un camino que otros ya han dejado de perseguir pues no produce los resultados deseados. Pues si usted aplica impuestos altos a los ricos estos se van a otro país. Así de simple.
Para Richard Von Appen, Presidente de la SFF, hubo una falta de medidas pro inversión y una real intención de reformar el Estado para hacer más eficiente el gasto público. Si hay que hacer esfuerzos que lo hagan todos y no que se cargue todo al sector privado.
Esta mega Reforma buscaba financiar la mitad del programa de gobierno del Presidente Gabriel Boric y con ello apoyar proyectos emblemáticos como la condonación del CAE, el programa de vivienda digna, inversión en salud, por nombrar algunas. Cómo, entonces, una Reforma “de buenas intenciones, en su esencia” recibe tal rechazo de los legisladores.
Quizá no era el momento o era muy ambiciosa. Con la inflación golpeando, un crecimiento nulo de la economía chilena y amenazas de recesión en USA quizás el escenario no era de los mejores. Y no es que no se requiriera una Reforma, pues podía haberse trabajado de manera gradual. Junto con esto la porfía de las autoridades de no escuchar las sugerencias de parlamentarios de hacer ajustes y cambiar algunas medidas terminaron pasando la cuenta a uno de sus proyectos emblemáticos.
Para otros, la culpa la tiene la demagogia que quisieron pasar el programa del Mandatario a rajatabla sin considerar al Ministro de Hacienda, como en el tema del impuesto al patrimonio.
Muchos dimes y diretes, razones y sin razones de una Reforma Tributaria que buscaba mucho y logró nada. Al menos por ahora.
Pasa por las autoridades abrirse a escuchar y establecer un Pacto Tributario más acorde a los tiempos, considerar por ejemplo acciones de mayor eficiencia en el gasto pública, medidas pro-inversión, revisar lo del impuesto al patrimonio e incorporar incentivos a la inversión, podrían ser algunos de las opciones que permitan a esta Reforma sentar las bases para un desarrollo de un Chile mejor en el tiempo.
Víctor Nocetti Núñez
Director de la Carrera Ingeniería Comercial
Universidad Santo Tomás, Talca