No obstante todas las sorpresas que han tenido lugar en el transcurso del mundial, en la final se enfrentarán dos países que ya han sido campeones mundiales, Argentina y Francia. Este último defenderá la corona que ostenta.
En el camino han quedado varios favoritos, entre los que destaca Brasil por su lindo y vistoso juego, pero a mi juicio, mezquino.
Pareciera jugar la mayoría del tiempo a media máquina, especulando con mucho pase lateral y hacia atrás. Un juego especulativo con ráfagas de lo que es capaz de deleitar. También Alemania quedó fuera en las primeras instancias.
A la hora de la verdad, no hay mayores sorpresas, tanto Francia como Argentina estaban en la lista de candidatos al título. Es en el camino donde abundaron las sorpresas.
En las instancias finales cayeron Croacia y Marruecos con dos poderosos cuadros, pero que terminaron sucumbiendo ante rivales de mayor alcurnia. Todo lo bueno que mostrado Croacia en el transcurso del campeonato, no se vio en el encuentro ante Argentina, país que supo imponerse sin atenuantes, anulando toda posibilidad de que Croacia saliera con la suya.
Y Marruecos acaba de caer ante Francia que también se impuso sin atenuantes. Marruecos mostró sus credenciales con un juego lúcido, pero Francia fue superior en todo momento. Marruecos tiene todo un futuro por delante.
Este campeonato demostró, una vez más, que importan tanto el trabajo colectivo, como las individualidades capaces de desequilibrar un partido en cualquier momento con sus genialidades. Algunos goles de pizarra también demostraron el poder de las jugadas prefabricadas.
En este mundial se está verificando el alza futbolístico de los países africanos y su influencia en los países europeos. Por su parte, Latinoamérica se está quedando atrás, con la excepción de Argentina que está salvando al continente de la mano de Messi.
Neymar no fue suficiente para rescatar a Brasil de su naufragio. Uruguay quedó en el camino sin pena ni gloria, en tanto que Ecuador y México que prometían, terminaron defraudando.