TALCA.- Existen diversas realidades al interior de un recinto de salud y más, en uno de alta complejidad como el Hospital Regional de Talca (HRT).
De hecho en el área de hospitalización, específicamente en Pediatría, hay pequeños que han estado hospitalizados desde que nacieron debido a su condición médica, sin embargo, existen casos donde es posible que continúen sus tratamientos en su propio hogar, junto a su familia.
La Dra. Mónica Donoso, Jefa del Servicio de Pediatría, contextualizó que “hoy en día los niños sobreviven mucho más a enfermedades graves. Antes no estaban las tecnologías, no había los medicamentos ni tratamientos para poder lograr que tuvieran una sobrevida más larga y mejor”.
Sin embargo hoy, con el avance de la medicina, lo anterior es posible, “pero muchas veces implica muchos cuidados especiales, que a veces solo se pueden dar en los hospitales”.
Una realidad sensible
El hecho de que existan estos avances, permite que niños con diagnósticos lapidarios al momento de nacer o por situaciones graves de salud en etapas posteriores, puedan luchar por su vida de la mano de los cuidados brindados por los equipos clínicos.
“Ocurre que hay niños que desde que nacen están hospitalizados. A veces un año y medio, dos años, pero hemos tenido niños que han egresado por primera vez a sus casas a los cuatro años de vida, y eso ha significado –obviamente- un gran desgaste para sus familias y un mayor esfuerzo para los equipos hospitalarios. También compartir y contener estas familias que llevan una carga especial, sabiendo que tienen hijos con mayor dependencia y en ese entendido, siempre nuestro fin apunta a lograr un estado donde el niño pueda egresar de nuestro hospital y estar en su entorno familiar, porque obviamente es lo mejor, tanto para el niño como para su familia”, sostuvo la médico especialista.
Hospitalizados en casa
Esta alta a domicilio, en el caso de los pacientes pediátricos crónicos, se evalúa mediante una Comisión Médica, y también cuando las familias cuentan con los espacios adecuados en el domicilio.
La Dra. Donoso indicó que desde hace algunos años, en el Ministerio de Salud existe un programa de ventilación domiciliaria para los niños que requieren ventilación crónica.
“También hay uno que cubre alimentación especial, entonces cuando logramos que el niño esté estable, se les postula a estos programas; se ve que las familias puedan cumplir los requisitos que no son tantos, pero sí tienen que ser mínimos como de seguridad en las casas, y cuando ya se logra todo eso, los niños pueden egresar, pueden estar con sus familias y estar contenidos en un ambiente emocional que es mucho mejor que un hospital”, finalizó la médico Jefe del Servicio de Pediatría.
“Panchita” se va a casa
La pequeña Francisca Troncoso, de dos añitos, es una de las pacientes que continúa su vida en su hogar, en la comuna de San Javier.
Pilar Norambuena, madre de “Panchita”, durante el día del alta, estaba feliz y muy esperanzada en que sus vidas cambiarán con este paso.
Cuenta que su pequeña nació prematura en octubre del 2020, en pleno peak de la pandemia y estuvo en la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI), en la Unidad de Tratamientos Intensivos (UTI), y este último tiempo en Pediatría.
“Nació de 32 semanas, sin saber que venía con una cardiopatía de doble salida de ventrículo derecho. Como nació tan prematura, estuvo conectada mucho tiempo a ventilador y ahí se volvió electrodependiente, aparte de la cardiopatía. Francisca ha tenido dos cirugías a corazón abierto, tiene un problema renal y después de la segunda cirugía, tuvo un paro cardiorrespiratorio de 13 minutos, que la dejó con varias secuelas más”, sostuvo la madre.
En un principio, cuando supo que su hija debía quedarse hospitalizada, fue un verdadero balde de agua fría.
“Aunque no era mi primera guagua prematura, nunca imaginé que era algo más grave, y el día que yo me iba de alta, me dicen todo lo que tenía mi hija, entonces igual para mí fue súper difícil, más en pandemia porque no habían visitas”, señaló Pilar Norambuena.
Dentro de los dos años que estuvo hospitalizada, Francisca presentó otras complicaciones, de hecho en una oportunidad fue desahuciada.
“Nosotros con el papá la entregamos, y si ella quería seguir luchando, la íbamos acompañar y aquí está. Gracias a todos aquí, que le sacaron el jugo, ella ahora se ríe, se trata de sentar, se mueve, conecta más con su ambiente. Ella vive por la música, si se la apagan, llora”, contó emocionada.
El servicio gestionó un ventilador y capacitó a los padres de la menor. Aparte reciben atención médica domiciliaria de manera frecuente, manteniendo los cuidados propios para su condición.
“No me va alcanzar la vida para agradecer todo lo que han hecho por ella. Bueno, fueron las mamás cuando yo no pude estar. Ella ve a sus tías y las adora a todas”, finalizó la madre de Panchita.