El agua es un elemento que es de vital importancia para nuestra región. En esta entrega de la campaña de empatía regional Prefiero el Maule y el portal web El Maule Informa presentamos las historias de dos emprendedores muy distintos pero que tienen elementos en común: El agua y el cuidado por el medio ambiente.
Tyani Silva desde pequeña ha tenido una especial atracción por fabricar su propia ropa. Ya a los 8 años la elaboraba con sus propias manos. Después supo que esa habilidad la había heredado de sus abuelas.
Hoy está al frente de Coralia que es un emprendimiento textil donde trabaja dos rubros. “Reciclaje textil que es como comencé esta marca hace unos 4 años donde rescato ropas que están en desuso y las transformo en prendas nuevas. Y la otra línea que estoy trabajando y que nació en pandemia es el marmolado textil., que es una técnica de estampación textil que yo pinto sobre agua y la pintura que queda flotando en el agua la traspaso a las telas. Es un estampado artesanal milenario oriental. Con esas telas estampadas yo hago vestuario y accesorios”, señala.
Recalca que “algo donde puedo unir estas dos técnicas, tanto el reciclaje como el marmolado, es que hago prendas únicas, no las repito ya que tiene que ver con una reacción a la moda rápida, la a producción en masa. Entonces, la idea es reivindicar el trabajo hecho a mano y la moda lenta, donde no repito piezas”.
Para ella, el marmolado “es la esencia, porque al pintar en agua yo no controlo mucho lo que pasa en la tineta. El agua, la temperatura y otros factores ambientales toman protagonismo. Por eso me gusta tanto el agua, porque se sale de control y por ello no puedo repetir patrones porque no todo está bajo mi control”.
Su interés por esta técnica nació porque “en algún momento como dos años encontré unas revistas que la detallaban. De ahí empecé a buscar en distintas plataformas cómo se estampaba porque quería replicarlo también. En algunos lugares se usa como terapia. Yo igual soy terapeuta por lo que también me interesaba utilizarlo como una herramienta”.
Tras tomar un curso con una chica mexicana comenzó a “experimentar en mi casa hasta que logré dar con las medidas de los productos que se necesitaban, pero igual me faltaba. Encontré talleres online y pude rescatar esta técnica y los insumos que se necesitaban porque tiene muchos procesos. Hay que preparar la tela, el agua, las pinturas, etc. Al final, para obtener el resultado pasa una semana. Es un trabajo de hormiga”.
Hoy ya logró dar con la fórmula del marmolado y se lanzó en grande y está confeccionando vestuario.
“Partí haciendo accesorios como gorritos porque utilizaba trozos más pequeños y luego comencé a confeccionar prendas más grandes, porque una amiga me dijo que quería un vestido de fiesta para el matrimonio de una amiga. Y me dijo que lo quería marmolado. Fue todo un desafío y resultó por lo que me lacé a hacer ropa marmolada. Es más lento y laborioso y es mucho más original, porque puedes encontrar algo parecido, pero igual nunca”.
Ahora hace minifaldas, poleritas, blazer, pantalones tipo pata de elefante, una colección de vestidos veraniegos, semiformales. “Me gusta lo semiformal porque se puede mezclarlo con el trabajo, el estudio, en la calle. Apunto también a la comodidad. También voy a saldar una deuda con la ropa de hombre y voy a sacar camisas y guayaberas”.
Dice que llego al reciclaje de ropa “por la contaminación, que es un tema que me llegó mucho. De hecho, Coralia nace de ahí, del coral, porque el cambio climático eleva la temperatura del agua y afecta al coral y al mar en general. El tema del reciclaje, la contaminación textil, a dónde va a parar nuestra ropa me preocupa y por eso siempre he hecho cosas con mis manos”.
Instagram: @_coralia._
Activismo ambiental
Gustavo Valdés es músico y activista por la defensa de los ríos y el agua. “Soy cantor autodidacta. A Los 7 años mi padre me trajo un charango que todavía conservo. Ha sido mi acompañante todos estos años”.
Agrega que “mi mamá nació en una isla que está en el seno del Reloncaví y desde muy pequeña cantaba y participaba en diversos actos del colegio. Ella y mi padre -que es de la zona central- nos inculcaron el gusto por la música ya que mis hermanas también cantan y un hermano tiene sus propias canciones”.
Y con su charango se dedicó a la música que más le gusta y que es andina, como Los Jaivas e Illapu, sus favoritos.
“Esto es una forma de vida, la música es un lenguaje. En la cosmovisión mapuche y del campo la conversación era muy importante. Se conversaba mucho y una forma de hacerlo era también con un instrumento. Con el charango me comuniqué y conocí con mucha gente. He viajado mucho con mi charango. He ido varias veces a Alemania. Allá he participado en noches latinoamericanas. A veces es más fácil hacerse conocido afuera que en Chile”, explica.
Lamenta que “con el tiempo fuimos perdiendo la conversación, de juntarnos con amigos en una sede juvenil o algún lugar comunitario. Hacíamos muchas más actividades entonces que ahora aun cuando hay en la actualidad muchas más posibilidades de hacer cosas”.
Desde el 2015 al 2017 “me dediqué solamente a la música. Tocaba en las calles, en las micros, y fui tres veces a Alemania. En ese periodo descubrí que tenía capacidad para autosanarme y a raíz de ello estudié masoterapia en Santiago, con un diplomado en deporte. Y aprendí de la vida”.
Luego grabó siete canciones en un estudio móvil y más tarde “con un amigo que se llama Claudio Escobar las mejoramos. Él toca el bajo en todas mis canciones y me ayudó con los arreglos”.
En 2020 comenzó con el activismo medioambiental para proteger los ríos. “Estamos con el Mataquito río abajo, con la Red por los ríos libres y ahí partí a hacer canciones que hablaban de esta temática. Una de ellas es Lo principal en que hablo sobre los pesares que siempre han vivido mis paisanos del norte por la falta de agua y que ahora lo viven también los habitantes de la zona central. Y termina señalando que cada vez hay menos tiempo para aprender lo principal”.
Gustavo se siente “comprometido total con este activismo sano que trata de hacer conciencia real sobre la importancia del agua. Los ríos están enfermos, el agua no se pierde en el mar porque va acarreando nutrientes que son vitales para nuestra tierra. Ese es nuestro mensaje hoy, protejamos el agua, protejamos nuestros ríos. Y eso hago con mis canciones”.
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