La situación económica sigue siendo un tema de alta preocupación para los chilenos, quienes todos los meses ven como el alza sostenida de los precios, ratificada en el informe IPEC (Índice de Percepción de la Economía) de septiembre afectan directamente sus bolsillos, haciendo crecer el pesimismo e insatisfacción en cuánto sus posibilidades de salir adelante y respecto de su fuente laboral.
Un estudio elaborado por GfK, consultora global que ofrece conocimiento a partir de datos y perspectivas, reveló el desaliento de las personas ante la situación financiera, donde un 39% de los consultados está en desacuerdo con la afirmación de que “con esfuerzo, en nuestro país, cualquier persona, rica o pobre, puede salir adelante”.
Este pesimismo experimentó un alza de 10 puntos porcentuales (pp) respecto de marzo de 2022, cuando se les hizo la misma pregunta. Un 30% de los encuestados se manifestó neutro (+4pp) respecto de la misma afirmación y un 31% estuvo de acuerdo, opción que tuvo una baja 14pp. De esta manera, en los últimos cinco meses el pesimismo se fue asentando en la población, que cree menos en los frutos de sus esfuerzos.
Consultados sobre ¿Qué hace falta para que mejore la situación económica de las familias en Chile?, un 53% se inclina por “mejores sueldos”, un 47% por una “regulación de precios de los servicios básicos” y un 46% opta por “más control de la inflación”.
Los datos permiten concluir que las personas, en promedio, prefieren enfrentar por sí mismas el pesimismo económico, apelando a mejores sueldos y a que exista un mayor control de la inflación y los precios. Solo un 9% de los consultados señala que se requiere un “aporte directo del Estado” o algún “subsidio estatal de servicios básicos” (8%).
No es casualidad que las personas exijan mejoras salariales, la investigación de GfK con el IPEC de septiembre reveló que sólo un 10% de los chilenos está satisfecho con sus sueldos o ingresos y un elocuente 72% está insatisfecho con lo que percibe.
El porcentaje de satisfacción con sus ingresos aumenta a mayor grupo socioeconómico, llegando incluso a doblar esta índice respecto del resto del país, donde el grupo ABC1 está satisfecho en un 21% con sus ingresos, versus el 12% (C2), 11% (C3) y 8% (D-E) del resto de los grupos socioeconómicos del país.
La insatisfacción salarial es mayor en las mujeres (77%), que en los hombres (66%), y tiene más prevalencia en las personas entre 18 y 35 años, con un 77%.
Respecto de los puestos de trabajo, un 49% de las personas está insatisfecha con su cargo, 14pp más que marzo de 2022, sensación que predomina más fuerte entre las mujeres (55%) y en la población entre 18 y 35 años (53%). El 47% del grupo socioeconómico alto se siente satisfecho con su cargo laboral, cifra que decae en los sectores más vulnerables, llegando a un 23% de satisfacción en los grupos D-E.
“En el actual escenario de pesimismo económico, incertidumbre constitucional y alza en los precios, surge entre los chilenos una creciente insatisfacción en relación con el trabajo. La sensación de ‘no me alcanza para llegar a fin de mes’, se mezcla con la baja satisfacción histórica sobre los sueldos que se reciben, lo que genera un mayor malestar en el rol o cargo que se desempeña. Esto aún más marcado en aquellos grupos que siempre han tenido mayores limitantes en el ambiente laboral, como las mujeres y segmentos socioeconómicos más bajos. La esperanza de lograr una mejora o salir adelante, también es un punto que se ha ido perdiendo, ‘la meritocracia’, independiente de cuál sea su origen, pierde fuerza con el paso de los meses, encontrándose cada vez más lejanos los frutos del esfuerzo que las personas esperan en su desarrollo personal y económico”, sostiene Sebastián Medina, director de Investigación en GfK.
