El cuidado de la salud y la alimentación sana es una tendencia que día a día gana adeptos. También el reciclaje de ropa que entrega una nueva vida a prendas usadas, para evitar que vayan a dar a los vertederos. Esas son las motivaciones de dos nuevos emprendedores cuyas historias inspiran. En esta entrega de la campaña de empatía regional Prefiero el Maule y el portal web El Maule Informa damos cuenta de dos jóvenes que miran muy alto.
Hugo Polz está preocupado por el medio ambiente y por aportar un granito de arena para mejorar nuestro mundo. En 2014 nace Kuruko con la idea de trabajar con la gastronomía saludable, vegetariana y vegana.
“Trabajo con un alambique extrayendo aceites esenciales, el alma de plantas como romero, laurel, naranjo, limón, boldo, peumo, eucaliptus, cilantro, orégano, pimienta negra y tomillo, entre otras. Con ellos se hacen ensamblajes con aceites de oliva para darles los sabores y propiedades nutricionales y medicinales de cada uno”.
Luego comenzaron a parecer otros productos como los patés de legumbres, las mieles con sabor, una nutela vegana, una crema de dátiles que es como un manjar vegano, mantequilla de maní, de almendras, de avellanas, además de helados de fruta.
Explica que “toda la línea de productos que se elaboran son veganos sin aditivos, sin sintetizados químicos, sin preservantes, sin emulsificantes, sin colorantes. Todos los productos que se elaboran son cien por ciento naturales”.
Cuenta que “la vida me llevó a esto. El 2011 aprendí a hacer aceites esenciales, lo encontré fascinante, maravilloso. Había visto la película El Perfume. Después me dije que sin saber cuándo o dónde, lo iba a hacer. Pasaron tres años después de eso y tuve un accidente donde me corté los ligamentos del hombro izquierdo, lo que me llevó ir a recuperación por varios meses donde entrenaba con muchos amigos que eran deportistas y tenían nociones básicas de la nutrición”.
Ahí descubrió que no comía tan sano como creía. “Un amigo se acercó y me dijo que no era solamente pan o calorías, sino que había que fijarse en qué nutrientes traían los alimentos. A medid que iba aprendiendo fui cambiando mi alimentación de una dieta tradicional a una vegetariana donde seguía comiendo de todo menos carnes terrestres. Después tomé la decisión de dejar de comer todos los productos de origen animal, incluso los lácteos y huevos”, indica.
Y agrega que “ahí me dije que si estaba en esa, mi proyecto tenía que ir en esa misma dirección. Desde ese momento el proyecto es vegano sin aditivos sintetizados químicos”.
Sin embargo, Kuruko “sigue funcionando, aunque estos últimos tiempos ha estado complejo. Durante la pandemia tiró un poco para arriba porque la gente se empezó a preocupar más de su alimentación. Se mantuvieron así hasta principios de este año y cuando se abrió nuevamente el mercado comenzaron a bajar las ventas, causando también por la crisis económica”.
Hace tres meses puso a la venta Kuruko, pero “eso no significa que no siga trabajando en este proyecto, solo que está la posibilidad de vender, pero si eso no pasa seguiré trabajando hasta que sea el momento de decir cómo seguir. Eso lo sabe solo el destino. Esto es lo que me gusta, apasiona y genera ingresos también”.
Respecto de su filosofía de trabajo, señala que “hay una filosofía japonesa que tiene que ver con el propósito del ser, de la persona, que engloba cuatro conceptos fundamentales: Lo que tú amas hacer, lo que el mundo necesita, lo que el mundo está dispuesto a pagar por lo que estás haciendo y aquello en lo que tú eres bueno. En estos cuatro elementos tu encuentras uno de tus propósitos en la vida que es darle valor a tu vida”.
“Por ahí va; que las personas que están empezando crean en ellos que sean honestos a lo que siente y aman hacer, que tengan un propósito de entregarle algo al mundo. Los sueños se pueden cumplir, solo dependen de lo que nosotros tenemos para entregar”, concluye.
Instagarm: @kuruko.origen
Facebook: kuruko.origen
Internet: www.kuru-ko.cl
Ropa enchulada
Charly Pacheco cuenta que su negocio “es de customización de ropa, pero dicho de forma más coloquial es enchular la ropa. Utilizo la ropa que la gente tiene en su closet y que bota o desecha. Para que no termine en los vertederos, la reutilizo y creo ropa desde cero y también la tomo como base para modificarla. Esto, a través de diversas técnicas todas artesanales y hechas a mano”.
Para ello hace aplicaciones metalizadas. Con una prensa manual pone broches, ojetillos, cadenas y tachas. También aplica pintura textil con esténcil y hace patchwork.
“Tengo dos formas de venta. La primera son encargos, donde la gente me puede traer su prenda, como por ejemplo que tiene una chaqueta que ha usado mucho y la encuentra fome, y quiere darle una segunda vida o darle más color, la cambio totalmente. La segunda forma es a través de un catálogo que tengo en Instagram, que son prendas que yo propongo con un diseño original y que están para la venta directa”, explica.
Charly egresó este año de la carrera de diseño Industrial de la Universidad de Talca. Pero, a pesar de que ello no tiene mucho que ver con el diseño textil “me propuse la meta de aprender a coser, que siempre fue mi sueño, de poder hacerme mi propia ropa y que esta fuera diferente a la que venden en el retail”.
Entonces “en marzo que empecé a meter en cursos, talleres de la municipalidad, de moda sustentable, y aprendí. En junio creé la marca Lottie by Charlot y comencé a realizar estos diseños”.
Esta vocación viene desde hace mucho. “Desde pequeña me gustó esto de poner parches a la ropa. Siempre mi sueño fue hacer que la gente reflejara su verdadera personalidad a través de los textiles”.
Su proceso creativo parte “cuando llega una ropa y hago una especie de lluvia de ideas buscando qué puedo hacer con ella: usar solo la tela, deconstruir y ocupar parte de ella junto con otra proveniente de otra prenda, decolorar la tela con cloro o agua oxigenada con lo que quedan tonalidades diferentes, hacer hilachas, todo muy colorido”.
A veces hace un boceto y toma la ropa tratando que la imaginación fluya.
“Llevo tres meses con la marca y he tenido más encargos con ropa que los clientes me traen que con la de ropa del catálogo, que me sirve más como un portafolio.
Puede llegar una persona con un pantalón, pero no sabe que hacer con él, entonces le muestro los diseños de Instagram y saca ideas”.
Este fin de semana “estoy ideando una campaña que parte el lunes y que consiste en dona tu ropa para obtener descuentos en tu diseño. De esa manera estamos incentivando a la gente a que no bote su ropa o la ocupe de trapero, sino que le dé una segunda vida”.
Su sueño a largo plazo es “poder establecerme con una tienda física para poder ofrecer los servicios y que los diseños sean tangibles para las personas”.
Instagram/Facebook/Twitter: @lottie.bycharlot
Contacto: +569 6477 0536
Correo: [email protected]