Para llevar a cabo un proyecto de riego, lo primero que debemos saber es que este se compone de tres piezas fundamentales: Emisores, sistema de filtraje y sistema de bombeo y eléctrico. Sin embargo, también existen otros elementos que contribuyen en la eficiencia del regadío, y que no debemos descuidar a la hora de elegir un sistema de riego para nuestro proyecto agrícola.
De acuerdo a la FAO, hacia 2050 seremos 10.000 millones de habitantes en el planeta, lo que nos obliga a incrementar la actual producción de alimentos un 60% si queremos abastecer a toda la población. Este escenario plantea un gran desafío desde el punto de vista hídrico, dado que la escasez de agua a causa del cambio climático hace que debamos aprovechar cada gota con la mayor eficacia.
En primer lugar, existen dos tipos de emisores, que son los dispositivos encargados de entregar (descargar) el agua al suelo. De ellos depende la cantidad de agua aportada la cual va a ser utilizada por las plantas, lo que conlleva a la uniformidad del riego.
“Los emisores pueden ser por aspersión o por goteo. Su elección debe responder al tipo de suelo y terreno, lo que se defina nos hará seleccionar el sistema de filtraje ara así evitar taponamientos en los emisores. Ahorrar un poco de dinero en este ítem es un ahorro malentendido, porque se podrían generar taponamientos en u otros problemas en líneas de mala calidad, provocando daños profundos en el crecimiento de los cultivos, explica Nicolás Ruiz-Tagle, jefe de innovación y proyectos de Dripsa, empresa especializada en el desarrollo de en soluciones de riego de precisión.
En cuanto a los sistemas de filtrajes, existen tres tipos que pueden ser utilizados en un proyecto de riego, ya sea de mallas, anillas o arena, los cuales deben ser elegidos en función del tipo de agua del cual disponga cada agricultor.
“Un buen sistema de filtraje previene el taponamiento de los emisores. Por ejemplo, el filtro de malla es indicado para agua pura, probablemente de pozo, muy limpia y que no trae ningún material orgánico o residuos sólidos flotantes. El de anillas también es un muy buen sistema para aguas más limpias, mientras que los filtros de área son más adaptables y útiles para separar materiales orgánicos y partículas gruesas, gracias a que emplean una capa de arena silícea en el filtro”, explica el experto.
Otro elemento primordial en un proyecto de riego es el sistema de bombeo y eléctrico, el que debe ofrecer una eficiencia correspondiente a su rendimiento y el menor consumo eléctrico posible, contribuyendo a una disminución de los costos operacionales del agricultor.
Cómo idear un sistema más eficaz
Para mejorar la eficiencia a los sistemas de riego agrícola, existen los tableros eléctricos, que están asociados a cada una de las bombas y reducen el consumo de partida, además de proveer protecciones al funcionamiento de la misma. “Al encender una bomba esta genera un peak de partida, el cual puede ser de hasta diez veces el consumo nominal de la bomba. Si este peak llega demasiado alto, el consumo generado será altísimo generando un sobre costo asociado a la partida”, explica Ruiz-Tagle.
Para solucionarlo, el experto advierte que existen tres tipos de tableros. “El Tablero partidor estrella triangulo, genera voltajes casi a la mitad del peak; el tablero partidor suave, parte más lento, creando una especie de rampa que reduce el consumo a un 30% por partida; finalmente, los variadores de frecuencia funcionan de acuerdo a la capacidad de la bomba que se esté utilizando en cada momento”.
Otro punto importante a tener en cuenta es la capacidad de automatización en el equipo de riego, sobre todo en tiempos en que es cada vez más importante para controlar y regar bien, ayudando a optimizar el uso del recurso hídrico.
Una alternativa para hacerlo efectivo, es reduciendo la necesidad de agua y optimizando su uso a través de la telemetría. Dentro de los programadores, hay algunos básicos, que están ideados para programar el riego en un momento y horario determinado, y otros más complejos, que permiten controlar todo en terreno y abastecer grandes hectáreas, proveyendo de datos importantes para análisis en tiempo real y generando alertas relativas al funcionamiento del equipo.
“En nuestro caso nos preocupamos de trabajar con los más altos estándares del mercado, empleando, por ejemplo, sistemas de bombeo y eléctricos que permitan la optimización operacional. En el área de goteo y aspersión, trabajamos con Netafin y Nelson, marcas de origen Israelí y americana, las cuales aseguran un funcionamiento de hasta 20 años teniendo un buen sistema de filtraje y mantención.
Sobre este punto, Ruiz-Tagle recomienda priorizar calidad por sobre un bajo precio en los elementos que incorporen el sistema de riego a emplear. “Esta decisión a la larga permite ahorrar dinero futuro y evitar múltiples problemas asociados con la reimplementación de los proyectos a causa de fallos”, concluye el experto de Dripsa.