Hablar con Alejandro Nirivilo es una experiencia que va mucho más allá de su arte. Es una forma de entender al hombre y su entorno. Esta nueva entrega de la serie impulsada por la campaña de empatía regional Prefiero el Maule y diario El Maule Informa muestra la historia de un artista que se inscribe en un emprendimiento diferente.
Cuenta que “yo partí con esto cuando tenía 5 años. Ahora tengo 70 años por lo que acumulo 65 años de experiencia en el trabajo de la escultura”.
Explica que desde niño “siempre me ha preocupado hacer asentamientos, construir pueblos. Mi vida ha sido preocuparse de cómo el humano está sobre la tierra y cómo vive sobre esta tierra. Si yo quiero vivir y estar, tengo que construir. Copiar directamente de los animales y pájaros que sin que nadie les enseñe construyen dónde vivir”.
“En mi caso, siempre he querido hacer lo mismo, siempre buscar hacer mi nido, hacer construcciones. Por eso, tengo muchas construcciones de arcilla. Yo vi cómo los zorzales hacían su nido con barro y paja”.
“Y luego -agrega- estando ya dentro de mi casa y mis campos empecé a ver que es interesante conocer al hombre y entender qué somos nosotros los seres humanos. Pensaba que como humanos somos un cuerpo y alma y eso dio forma a mi actuar”.
Desde sus inicios “nunca quise estudiar. Toda mi vida lo he pasado así. Nunca me interesó estar sabiendo, lo que me interesaba era entender. Me arrancaba de los colegios y estaba todo el tiempo en el campo buscando, buscando la construcción para yo estar ahí”.
De allí “empiezo a hacer lo que yo quería hacer con el tema del arte… Para demostrar el arte tenía que darle forma y a esa forma darle sentimientos”.
“Surge luego la necesidad de mostrar mi obra y los mensajes que van ahí. A mis sentimientos yo le doy forma desde niño. Todas las cosas que he hecho, todas las obras de arte, parten con la arcilla y luego va incorporando la madera en la medida en que iba inventando mis herramientas. Ahí se fue dando el concepto de funcionalidad y sentimientos”.
“Después de trabajar con madera, pensé que a esta madera le di sentimientos, le di forma, por lo que ahí hay una respuesta de cómo yo presento mis obras porque son mis sentimientos“.
En la obra de Alejandro Nirivilo hay una trilogía siempre presente, que tiene que ver con el hombre, cómo nace y cómo vive.
“En todas mis obras hay mensajes. Primero fui tallador, luego escultor y ahora artista; recién a los 70 años me siento ser artista”.
Relata luego que “después de 65 años de experiencia no quiero seguir esculpiendo más porque no puedo, porque estoy cansado, muy cansado. Todo el quehacer mío en la tierra es ahora cómo voy a plantear a qué vine”.
En este sentido, el artista recibe a todos aquellos que quieran visitarlo en su Nirivilo natal para conocer su trabajo de casi siete décadas.
“Ahora estoy en mi casa y cuando la gente llega acá yo la recibo porque vienen a verme . Les digo que vean todo lo que hay en mis propiedades y después del recorrido que dura una hora y media les pregunto a qué vinieron, les pregunto qué encontraron, y ahí ellos hablan conmigo. La gente viene acá para entender lo que hay aquí”.
Añade que hay un nuevo concepto donde quiere escuchar a sus visitantes. “Lo que hice lo muestro para que las personas encuentren su significado, su sentido, su belleza física. ¿Por qué yo tengo que hablar sobre mis obras? En realidad son las personas desde su punto de vista quienes deben decir qué es lo que significan para ellos.”
Expresa que “no tengo absolutamente nada que enseñar, nada que educar. Cuando trabajé en la universidad, no estaba interesado en enseñar, sino que lo único que quería era mostrar cómo se hacían las cosas. Las herramientas, los espacios, los árboles, todo eso”.
“La gran pregunta es quién me hizo, y para qué. Nunca he pensado sino que siento, siento, siento. Esa es toda mi vida…·, concluye.