Este tubérculo comestible de morfología alargada y formas irregulares es muy parecido a una papa de jengibre, pero con un sabor similar a la alcachofa. Se consume crudo, rallado en ensalada o cocido -basta con hervirlo unos 5 a 7 minutos- siendo de gran versatilidad ya que puede consumirse tanto frío como caliente y en preparaciones dulces o saladas.
«En nuestro trabajo hemos descrito las principales aplicaciones gastronómicas del topinambur, las cuales son muy variadas e incluyen galletas, queques, pan, muffins, pickles, chips, fideos cristal, cereales y otros», comenta la Dra. Angela Méndez Yáñez.
Y agrega: «se le considera un súper alimento porque tienen valiosas propiedades nutricionales que pueden mejorar la salud». Así lo establece una revisión bibliográfica realizada por investigadores de la sede Talca de la Universidad Autónoma de Chile.
El topinambur contiene ácidos grasos del tipo Omega 6 y Omega 9, con gran aporte de vitaminas del complejo B (Betacarotenos) y Vitamina C. También aporta minerales como potasio, magnesio, calcio, hierro, entre otros, y posee un bajo valor calórico.
Tiene la propiedad de regular el azúcar en la sangre debido a que más del 50% de su composición corresponde a inulina, un tipo de azúcar complejo que no es degradado por el organismo, pero que puede actuar como prebiótico, además de tener un alto poder edulcorante.
La revisión demuestra también que este tubérculo tiene un gran potencial en las áreas farmacéutica y a nivel industrial, ya que puede producir biocombustibles, una capacidad dual que interesa a los investigadores.
A pesar de todas estas características es un producto poco conocido en el país. Como comenta la investigadora, al consultar con gente en ferias y el mercado, existe una gran cantidad de personas que dice desconocerlo a pesar de ser muy común, porque crece de forma natural en los campos chilenos.
Es posible detectarlo por sus altas flores amarillas, similares a las flores de los girasoles, pero más pequeñas. «Desafortunadamente, en Chile, las barreras culturales y el desconocimiento de este tubérculo hacen difícil su incorporación a una dieta diaria de las personas, por eso creemos que es importante divulgar la importancia que tendrían frutos como éste en la salud, aún más si consideramos que es un producto muy económico», complementa la Dra. Ángela Méndez.