El retorno a clases presenciales trajo consigo un menor uso de las herramientas tecnológicas de apoyo al aprendizaje y la gestión docente en las salas de clases chilenas, según advirtieron especialistas del Grupo Santillana. La situación se repite en otros países del cono sur de América, como Perú, Argentina y Bolivia, pero difiere de lo que ocurre en naciones OCDE, donde no se percibió este retroceso.
Los académicos expusieron que las nuevas plataformas pueden jugar un papel importante como complemento a los procesos de enseñanza. Más aún en un contexto complejo: un reciente informe de Unesco, Unicef y el Banco Mundial proyectó que la pandemia hará retroceder en diez años el nivel de la educación escolar en América Latina.
“Lo que observamos es que hubo un retroceso en el uso de herramientas de tecnología. Por una parte, es comprensible que los docentes volvieran a un espacio más seguro, del lápiz y papel, debido a que las clases virtuales no fueron muy amigables para ellos y generó un gran impacto, con más horas de trabajo y en condiciones difíciles”, dijo Fernando Valenzuela, coordinador de Pleno, una soliución de evaluación diseñada por editorial Santillana.
“Pero, por otro lado, demuestra que el sistema educativo en América Latina sigue siendo tradicional y no se adecúa al avance de las tecnologías y la transformación digital de la sociedad. Muy pocos colegios están utilizando herramientas como las clases virtuales, en casos de cuarentenas preventivas, y la mayoría de los documentos se están trabajando en papel, con una metodología bastante más tradicional”.
Pleno de Santillana, creado hace ocho años, es una solución tecnológica de uso online, a la que acceden profesores y estudiantes y donde se encuentran pruebas y evaluaciones por áreas troncales: matemática, lenguaje y comunicación, historia y ciencias naturales. Entre sus ventajas, ofrece a los docentes un banco de preguntas para las mediciones, lo que permite aminorar la carga de trabajo.
En 2021, como consecuencia de las restricciones sanitarias y la virtualidad de las clases, los usuarios de Pleno en Chile crecieron un 37% y la cantidad de evaluaciones respondidas en un 153%. Además de la posibilidad de ser utilizada completamente en formato digital, ofrece una mejor gestión pedagógica en los tiempos de corrección y el análisis de resultados de las pruebas.
Dinamizar aprendizajes
Según cifras del Banco Mundial, unos 170 millones de estudiantes latinoamericanos y caribeños recibieron únicamente el 50 % de clases presenciales que les habría tocado desde que se declaró la pandemia hasta el primer semestre de 2021. El 70 % de los alumnos de 10 años se encuentran en situación de pobreza de aprendizajes y no pueden leer y comprender un texto simple.
En ese contexto, Valenzuela sugirió que las nuevas plataformas pueden ser un complemento importante para agilizar y dinamizar los procesos de aprendizaje, además de reducir la carga laboral de los profesores. En el caso de los alumnos, al ser nativos digitales, hay grandes oportunidades de que la transformación resulte fluida, pero también se necesita que los colegios incentiven a sus equipos a utilizar las nuevas herramientas en su beneficio, añadió.
“Favorecerá el trabajo de los docentes y tareas como los procesos de evaluación, haciéndolos más automáticos y permitiendo que el profesor utilice sus competencias en lo realmente importante: apoyar el aprendizaje de los estudiantes y contribuir a los proyectos de los establecimientos. La tecnología es un complemento, un medio para cumplir los objetivos educativos y no un fin en sí mismo”, subrayó el coordinador de Pleno para Chile.
El conjunto editorial Santillana apoya a cerca de tres millones de estudiantes en el mundo, y en Chile su principal foco está en los colegios particulares privados, donde casi el 60% de ellos utiliza alguna de sus innovaciones. En los últimos años, la firma consolidó una oferta educativa complementaria a los textos escolares físicas, con aplicaciones digitales accesibles desde distintos dispositivos como parte de un amplio ecosistema digital.