Cuando vamos al supermercado o a la feria a comprar el pedido de alimentos, es importante haber planificado la cantidad, variedad y el tipo de alimentos que necesitamos comprar, de acuerdo con las preparaciones alimentarias que se realizan y la cantidad de integrantes de la familia.
A veces compramos mucha cantidad de verduras y frutas o cuando cocinamos nos sobran cantidades importantes de alimentos, que no sabemos cómo conservarlos para que duren más tiempo y tampoco sabemos hasta cuándo podemos consumirlos.
La directora de Carrera de Nutrición y Dietética de Universidad de Las Américas, Alexia Hananías, explica que existen distintos métodos para conservar los alimentos, uno de ellos es la conservación mediante la aplicación de frío, que tiene por objetivo detener la proliferación bacteriana y los procesos químicos enzimáticos que ocurren a temperatura ambiente. Este tipo de conservación es conocida como la refrigeración y/o congelación.
Hananías sugiere que lo primero que se debe hacer es sacar los alimentos de las bolsas y separar, especialmente, las frutas maduras del resto de los alimentos, ya que aceleran la maduración de estos otros. Luego, para prolongar la vida útil de las frutas, si es que ya se tiene definida la preparación en que se utilizarán, se pueden congelar peladas y cortadas en envases herméticos, y escribir la fecha del día que se congelaron esos alimentos.
En el caso de las verduras, se pueden refrigerar o congelar dependiendo de la duración requerida. Si se refrigeran las verduras de color verde se deben primero lavar y secar muy bien, y guardarlas en envases de vidrio o herméticos con algún papel absorbente. Si se desean congelar, se deben escaldar. Esta es una técnica culinaria, explica la directora de Carrera de Universidad de Las Américas, que consiste en la introducción de alimentos en agua hirviendo durante 10 a 30 segundos y luego introducirlas en agua helada, posteriormente congelarlas y rotularlas. El resto de las verduras se pueden congelar cortadas o ralladas, dependiendo de la preparación que se quiera (zanahoria, cebolla, zapallo italiano, entre otros).
En el caso de productos como las carnes, es importante tener claridad si se van a consumir el mismo día o con posterioridad, para definir si se refrigeran o se congelan. Si se van a refrigerar, se pueden consumir hasta dos días después, luego se deben cocinar. Si se decide congelar la carne cruda, esta puede durar hasta 9 meses en un envase hermético y rotulado con la fecha de congelación.
Hananías indica que los alimentos cocinados que se requieran congelar deben almacenarse en un recipiente hermético rotulado con la fecha de la congelación y en las porciones que se ocuparán, ya que deben ser consumidos inmediatamente cuando se someten a calor para recalentarlos.
Para descongelar todo tipo de carnes se debe primero refrigerar desde el día anterior en un recipiente para que no tenga contacto con otros alimentos. Por ningún motivo volver a congelar un alimento que ya perdió la cadena de frio.
La mayoría de los alimentos se puede congelar; sin embargo, existen algunos grupos en los que no se recomienda, ya que se alteran sus propiedades organolépticas (textura, color, sabor). Es el caso, por ejemplo, de la lechuga, el arroz, queso laminado, papa entera, cilantro, perejil, acelga.