Conocer los factores que explican las diferencias territoriales en las tasas de emprendimientos que crecen en Chile es el objetivo final del estudio realizado por el académico de la Universidad Estatal de O’Higgins, Félix Modrego, en colaboración con investigadores de la Universidad Católica del Norte.
El trabajo, que es parte de un proyecto Fondecyt de Iniciación y que es financiado por la Agencia Nacional de Investigación y Desarrollo (ANID), utilizó datos del Servicio de Impuestos Internos (SII) para identificar emprendimientos formales activos, creados en Chile entre 2005 y 2011, y localizarlos a nivel de territorios funcionales (territorios delimitados por sus elevados flujos internos de personas).
Dichos emprendimientos tuvieron un seguimiento en sus primeros cinco años de actividad, con el objetivo de identificar aquellos que cumplieron con la doble condición de avanzar a un tramo superior de ventas y de aumentar su número de trabajadores.
Tras la investigación, el estudio concluye que del total de emprendimientos que registran ventas ante el SII, 1 de cada 5 subió a un tramo superior de ventas y aumentó su número de trabajadores dependientes en los primeros cinco años de actividad. Un 97,3% de ellos son micro y pequeñas empresas (mypes).
El estudio muestra que los emprendimientos que crecen pueden encontrarse en prácticamente todos los territorios y sectores económicos y que se caracterizan por ser inicialmente un poco más grandes que los que no crecen, pero siempre siendo mayoritariamente mypes. También son un poco más frecuentes en sectores como el manufacturero, y el de transporte y comunicaciones.
El estudio analizó también la localización geográfica de estos emprendimientos, concluyendo que en los territorios más poblados y urbanizados tiende a haber mayores tasas de creación de emprendimientos formales activos, pero que no existe una relación entre el tamaño del territorio o su grado de urbanización con las tasas de emprendimientos que crecen. Este resultado se explica por ventajas y desventajas de emprender en este tipo de territorios y que en Chile parecen compensarse.
“El estudio concluye que las ventajas de emprender en territorios de mayor población se deben a los mayores niveles de productividad general y por la concentración de capital humano -emprendedores y trabajadores- con mayores niveles de formación. Las desventajas para los emprendimientos en estos territorios se deben a los mayores niveles de competencia en los mercados locales”, explica el Dr. Félix Modrego.
“Los resultados de esta investigación sugieren que el emprendimiento cotidiano, al que corresponde la inmensa mayoría de los emprendimientos que se crean en Chile, también tiene la capacidad de crecer y de generar empleos. Al mismo tiempo, se evidencia que no existe una desventaja evidente de emprender en territorios más rurales y periféricos. Por ende, existe un potencial emprendedor sustantivo en estos territorios que puede ser potenciado mediante políticas de fomento al emprendimiento con una lógica territorial, que potencien las ventajas y atenúen las desventajas que existen en los distintos tipos de territorios”, finaliza el académico.