Fatiga, constipación, dificultad para concentrarse y trastornos menstruales son algunas de las características apreciables en una persona que padece la enfermedad que se traduce en una baja de la producción de la hormona tiroidea, pero que puede confundirse fácilmente por el estrés del día a día.
En Chile, aproximadamente el 20 por ciento de la población presenta hipotiroidismo en algún periodo de su vida, según la última encuesta nacional de Salud y es un poco más prevalente en las mujeres que en los hombres, siendo la detección de la enfermedad no siempre de fácil apreciación, ya que los síntomas suelen confundirse con otras enfermedades.
Así lo explica el médico endocrinólogo maulino, Francisco Muñoz, miembro de la Sociedad Chilena de Endocrinología; socio del Grupo Endocrinológico del Sur; integrante de la Endocrino Society y docente de post grado de la Universidad Católica del Maule.
“El hipotiroidismo es una enfermedad de la glándula tiroides, donde esta disminuye la producción de la hormona tiroidea. Esta hormona cumple diversas funciones en el cuerpo y lo que hace básicamente es regular el metabolismo, siendo la principal causa de hipotiroidismo en el mundo y en Chile también la enfermedad de Hashimoto, que es una tiroiditis crónica o enfermedad autoinmune, donde se presentan anticuerpos que atacan a la glándula y hacen que disminuya la función”, explica el médico especialista.
El profesional agrega que los síntomas que presenta una persona con hipotiroidismo son generalmente, cansancio, disminución de la concentración, constipación y “ante la sospecha clínica lo que debemos hacer es exámenes tiroideos y cuando estos resultados caen en un rango estipulado podemos decir que la persona tiene hipotiroidismo”, indicó.
Es importante destacar que la glándula tiroides, una de las glándulas endocrinas del cuerpo, que segrega hormona tiroidea en el torrente sanguíneo, para que éste las transporte a diversos órganos y tejidos en todo el cuerpo, está ubicada en la parte baja del cuello y tiene forma de mariposa o escudo romano, pudiendo desarrollar diversas enfermedades, ya sea por función, como el hipotiroidismo y el hipertiroidismo, aunque también pueden ser estructurales, como el bocio o crecimiento de la tiroides o presentarse nódulos en la tiroides.
A su vez, de la estructura de la tiroides pueden surgir nódulos tiroideos que son una especie de tumores pequeños que crecen y se diferencian de esta, donde se podría o no afectar a la función de la tiroides y la posibilidad de presentarse un cáncer de tiroides, siendo esta enfermedad frecuente en la población, ya que se estima que cerca de un 10% de la población podría llegar a padecerla.
Actualmente las Guías Clínicas señalan que todo paciente, desde los 35 años en adelante deberían hacerse cada cinco años al menos un examen de la tiroides y ese examen debe ser anual en un grupo seleccionado. “Por ejemplo, familiares que tienen un familiar con hipotiroidismo o pacientes que están usando medicamentos asociados al hipotiroidismo o con alguna enfermedad autoinmune y los diabéticos, deben chequearse anualmente la función de la tiroides”, señala el Dr. Muñoz.
De esta forma, la función de la tiroides es como ser el “director de orquesta del cuerpo” que busca hacerlo trabajar a cierto ritmo. Así, la tiroides también presenta enfermedades de forma por exceso, ya que producen mucha hormona tiroidea, siendo este el caso del hipertiroidismo. A su vez, la tiroides puede presentar enfermedades estructurales que no necesariamente alteran la función de la tiroides, como el Bocio, tiroide grande, ya que esta pesa normalmente entre 15 y 20 grande y más que eso ya se denomina Bocio.
Finalmente, es importante pesquisar el hipotiroidismo a tiempo, ya que está vinculado con otras enfermedades, como la obesidad o el trastorno del perfil de los lípidos, aumento del nivel del colesterol y asociación con el aumento de las tasas obstructivas en relación a la apnea o en roncadores crónicos.