El regreso a clases presenciales evidenció problemas de mantención en numerosos establecimientos educacionales, los que se arrastran hace años. Para dimensionar el problema, el Ministerio de Educación implementará un Catastro de Infraestructura Escolar, lo que permitirá iniciar un proceso de refacción de los inmuebles y distribuir de mejor forma la inversión pública.
La última vez que se hizo un censo de este tipo fue en 2012-2013, por lo que el sistema escolar lleva una década sin conocer el estado real de sus establecimientos. Y esta vez, el catastro será mucho más completo que el anterior, porque no solo se recogerá información de escuelas y liceos, sino que también se aplicará en los jardines infantiles, abarcando a 7.000 locales educacionales del sector público.
Además, el catastro será más tecnológico, pues se realizará mediante dispositivos electrónicos (tablets) que centralizarán la información, y se digitalizarán los expedientes municipales de cada establecimiento, de manera de contar con un repositorio con los planos, permisos de edificación y certificados emitidos por la respectiva Dirección de Obras.
El censo estará a cargo del Departamento de Infraestructura y Equipamiento Educacional de la Dirección de Educación Pública (DEP). Las visitas a los locales comenzarán en el segundo semestre de 2022 y el levantamiento de información durará aproximadamente entre 13 y 15 meses. El proceso tendrá un presupuesto total estimado de cerca de $3.400 millones.
El ministro de Educación, Marco Antonio Ávila, dice que nuestro país tiene “una deuda importante en infraestructura escolar” y que los resultados de este censo “servirán para conocer el estado de la infraestructura a nivel nacional, identificar los principales déficits, dimensionar los problemas existentes y diseñar un plan de acción focalizado en aquellos establecimientos que presenten mayor grado de deterioro”.
“El objetivo del Catastro de Infraestructura Escolar es poder distribuir bien los recursos para las obras de mantenimiento, pero también apoyar la tarea de traspaso de establecimientos educacionales a los Servicios Locales de Educación y así reforzar el Sistema de Educación Pública”, añade el ministro Ávila.
Resultados del catastro piloto
Para implementar este censo nacional, primero se diseñó un catastro piloto para probar la metodología, el que se aplicó en 2020 en 311 locales escolares, de cuatro Servicios Locales de Educación Pública (Valparaíso, Atacama, Colchagua y Llanquihue).
Ese piloto detectó que, en esos establecimientos, existe un deterioro promedio del 14,4% en la infraestructura, lo que equivale a un deterioro bajo o leve, lo que quiere decir que son reparables y no suponen un riesgo de continuidad del servicio. Algunos de los daños detectados fueron griferías con filtraciones o instalaciones eléctricas con problemas.
Por otra parte, el Catastro de Infraestructura Escolar 2012 -2013, detectó que en ese momento había un deterioro promedio nacional de 20,7% sobre el conjunto de pabellones de cada local, siendo las partidas peor evaluadas los servicios higiénicos de los estudiantes.
Inversión entregada en 2022
Además del catastro, el Ministerio de Educación está distribuyendo recursos para financiar proyectos de reparación en establecimientos públicos, por ejemplo, a través de la Convocatoria de Conservaciones 2022, programa que seleccionó a 76 establecimientos de 10 regiones para que puedan contar con recursos para sus refacciones. La inversión es de $20.641 millones.
Además, recientemente el Ministerio anunció un fondo adicional de $10.000 millones para la reparación de la infraestructura escolar pública que presenten riesgo de suspensión parcial o total de su servicio debido al deterioro. El fondo servirá para reparar problemas sanitarios, eléctricos, de habitabilidad y de seguridad.
Este fondo se suma al presupuesto anual dedicado a la infraestructura educacional, y que este año asciende a $139.900 millones.