Jamelle Bouie, comentarista de The New York Times no tiene dudas: la defensa de la “supremacía blanca” es prácticamente indistinguible de la retórica republicana convencional.
Su opinión se refiere al atentado cometido por un supremacista blanco, que costó la vida a diez personas de color en un supermercado en Buffalo. Más categórico, el Presidente Joe Biden, en el lugar de la masacre, garantizó que en “Estados Unidos el mal no triunfará, se los prometo… el odio no prevalecerá, el supremacismo blanco no tendrá la última palabra”.
Este tiroteo es el más reciente de una ya larga serie inspirada en la teoría de la supremacía blanca. En Estados Unidos, hubo al menos otros dos en los últimos años: el tiroteo en la sinagoga Tree of Life de 2018 en Pittsburgh que costó la vida de once personas y el de 2019 en El Paso, que mató a 23 personas. En Nueva Zelandia en 2019, en Christchurch, un hombre atacó una mezquita y mató a 51 personas.
Las teorías racistas son antiguas, pero han tenido un auge sorprendente en las últimas décadas. En Estados Unidos, Los diarios de Turner, una novela de 1978 de William Luther Pierce, alimentó los temores, Se publicó bajo el seudónimo de Andrew Macdonald. Describe una violenta revolución que conduce al derrocamiento del gobierno federal, a una guerra nuclear y, finalmente, a una guerra que lleva al exterminio de los no blancos. También incluye a los judíos, los “liberales” y los políticos. La obra fue definida como “racista y antisemita”; por The New York Times
Según Jamelle Bouie: “Los políticos republicanos y las personalidades
conservadoras de los medios que trafican con esta retórica no crearon la idea del ‘gran reemplazo´, pero la han adoptado. Han decidido nadar en las mismas aguas ideológicas que los responsables de estos tiroteos y han optado por amplificar la teoría del ‘gran reemplazo’ a todo el mundo”.
Ya en 2011, en Europa, un escritor francés, Renaud Camus, introdujo el término “El Gran Reemplazo” en el título de un libro que se refiere a lo que considera como una conspiración de las élites francesas para abrir el país a los inmigrantes musulmanes para “reemplazar” a la población étnicamente francesa.
Aunque esta “teoría” se ha hecho más notoria últimamente, no se trata de una idea completamente nueva. El consejo de The New York Times precisó en un editorial que, “estos ataques son parte de la larga historia estadounidense de violencia política perpetrada por supremacistas blancos contra los negros y otros grupos minoritarios”.
Basta con recordar el tratamiento de los esclavos negros antes y después de su emancipación y los episodios de violencia en su contra hasta no hace mucho. Ahora se han agregado los inmigrantes de América Latina y los asiáticos.
Entre los que atizan el fuego hay también periodistas.
En un programa de Fox News, el conductor Tucker Carlsonen, ha dedicado más de 400 episodios, en los que amplificó o promovió la idea de que los inmigrantes son la causa de los problemas. Según una investigación de The New York Times, Carlsonen sostiene que los demócratas y otros miembros de la élite están utilizando la inmigración para reemplazar la mayoría nativa con un nuevo electorado nacido en el extranjero.
Este, como otr0s desafíos que enfrenta el presidente Biden, no será fácil.
Abraham Santibáñez
Premio Nacional de Periodismo