Insertos en un escenario de una prolongada sequía, y con la finalidad de apoyar a los integrantes de la Agricultura Familiar Campesina en la optimización de los recursos hídricos intraprediales, investigadores de INIA Quilamapu iniciaron la ejecución del proyecto “Innovación en el uso eficiente del recurso hídrico para la pequeña agricultura de Ñuble”, iniciativa que por dos años beneficiará a 300 usuarios de la región.
Según explicó Abelardo Villavicencio, coordinador del proyecto e investigador de INIA, la baja eficiencia en el uso del agua agudiza el problema en zonas con escasez del recurso, e impide incorporar nuevas superficies al riego. Agregó que “un inadecuado diseño de riego, la falta de mantención y una mala operación de los equipos de riego impiden obtener un alto grado de eficiencia en la aplicación del agua, por lo que se genera una debilidad e ineficiencia del sistema productivo”.
Villavicencio sostuvo que la ausencia de información técnica que alerte sobre el estado de funcionamiento de los equipos “impide a instituciones de fomento y desarrollo apoyar a los afectados, mediante medidas correctivas o a través de incentivos para focalizar de mejor manera sus inversiones”.
Como una manera de hacer frente a este escenario, el Gobierno Regional de Ñuble y la Fundación para la Innovación Agraria, FIA, apoyaron la ejecución del proyecto “Innovación en el uso eficiente del recurso hídrico para la pequeña agricultura de Ñuble”, que ejecuta el Instituto de Investigaciones Agropecuarias, INIA Quilamapu. Al respecto, el investigador Abelardo Villavicencio, destacó que la iniciativa tiene por finalidad incrementar la eficiencia en el uso del agua en los predios de pequeños y medianos productores de la región, de manera de hacerlos más competitivos. “Lo que se busca -resaltó- es mejorar la eficiencia en el funcionamiento y aplicación del agua en los sistemas de riego intraprediales, así como incrementar el conocimiento de los usuarios en el uso eficiente de los recursos hídricos”.
En tal sentido, el investigador de INIA destacó que se darán a conocer nuevas tecnologías de riego y que se realizarán capacitaciones a pequeños productores/as, extensionistas y alumnos de liceos agrícolas, donde se establecerán unidades demostrativas y se adaptarán, en algunos casos, tecnologías de riego apropiadas a los requerimientos de la agricultura familiar campesina.
Dos años de ejecución
El proyecto tiene una extensión de 24 meses y desarrollará actividades en las tres provincias de la región de Ñuble (Itata, Punilla y Diguillín), beneficiando a 300 usuarios, entre ellos 150 pequeños agricultores/as, 60 extensionistas y 90 estudiantes de tres liceos agrícolas.
Respecto del inicio de las actividades, el coordinador del proyecto, Abelardo Villavicencio, indicó que una de las primeras actividades a desarrollar será la evaluación de los sistemas de riego de los 150 productores/as, para determinar el estado de funcionamiento de los equipos. Explicó que con esa información se definirá un programa de capacitación para fortalecer el uso eficiente del agua de riego.
Capacitación a las nuevas generaciones
El Director Regional de INIA Quilamapu, Marcelino Claret, expresó su satisfacción el que “en tiempos donde la sequía ya no parece ser una anomalía, sino una tendencia, extensionistas del INIA aborden proyectos de transferencia que persiguen, como objetivo principal, la capacitación de agricultoras, agricultores y jóvenes estudiantes de liceos agrícolas”. El directivo destacó que el foco del proyecto esté puesto en “el uso eficiente de sistemas de riego mecanizados, destinados a mejorar la eficiencia en el uso del agua, para obtener los alimentos presentes y futuros que permitan sostener a la población”.
En tanto, el representante regional para Ñuble y Biobío de la Fundación para la Innovación Agraria, FIA, Gonzalo Rueda, señaló que “este proyecto busca contribuir a realizar un manejo eficiente del agua y también a capacitar e incorporar conocimientos a las nuevas generaciones. Es fundamental realizar un uso eficiente del agua, considerando la escasez del recurso”. Rueda agregó que el proyecto será “un gran aporte para la pequeña agricultura de Ñuble, donde muchos agricultores han sido beneficiados con la implementación de sistemas de riego tecnificado, pero que se requiere de un mayor conocimiento, por lo que la propuesta es un gran avance”.
El proyecto tendrá un significativo componente de futuro, con el establecimiento de tres unidades demostrativas en liceos agrícolas (1 por cada provincia de Ñuble). En ellas, los alumnos y la comunidad en general podrán conocer las tendencias en tecnologías de riego, lo que permitirá acercar a los jóvenes a las zonas rurales, e incorporar mayor superficie bajo riego tecnificado.
También se trabajará con extensionistas que liderarán el apoyo técnico y la entrega de conocimientos y prácticas destinados a mejorar la eficiencia en el uso del agua.