Al menos 8 millones de personas en el mundo están afectadas por el parásito Trypanosoma cruzi, causante de la enfermedad de Chagas y sólo el 10% está al tanto de su condición. Además, más de 10.000 personas mueren cada año por complicaciones clínicas de la enfermedad, y unos 75 millones de personas están en riesgo de contraerla en la región.
En Chile se estima que 120.000 personas son portadoras. «Debemos avanzar en un tamizaje de la población que permita evidenciar con claridad las personas afectadas. Buscar el Chagas es un desafío en un contexto globalizado y más, lograr atender, tratar y acompañar a las personas portadoras permite mejor la calidad de vida de ellas y de sus familias», señala la Dra. Andrea Avaria.
Y agrega: «en nuestro país el avance en el control vectorial y transfusional es meritorio, el desafío es cortar la transmisión vertical, para ello debemos llegar idealmente en los controles de salud preconcepcionales».
Chao Chagas
En este contexto y junto con la conmemoración del Día Mundial de la Enfermedad de Chagas, que tiene lugar cada 14 de abril, se presentó los resultados del proyecto Chao Chagas Chile: diversidad, migración, territorio y acceso a derechos. Una aproximación cualitativa a la dinámica de atención de la enfermedad de Chagas en las Regiones de Tarapacá, Atacama y Metropolitana.
Este proyecto, pionero en el país, es financiado por el Fondo Nacional de Investigación y Desarrollo en Salud, iniciativa conjunta de los ministerios de Salud y Ciencia, Tecnología, Conocimiento e Innovación a través de ANID, e implementado por un equipo multidisciplinario y regional liderado por la Universidad Autónoma de Chile, a través de la Dra. Andrea Avaria, buscando comprender cómo experimentan y qué significa el Chagas tanto para las personas afectadas, como aquellos que no lo tienen, y los equipos de salud que tratan o atienden a estas poblaciones.
«El desafío hoy en salud en general y en Chagas en particular es considerar la interculturalidad, el género y el territorio, con ello mejoramos las condiciones y calidad de vida de las personas. Esta enfermedad, como sucede con otras problemáticas sanitarias, debe ser abordada de forma multidimensional considerar dimensiones biomédicas, epidemiológicas, también políticas sociales y culturales», comenta la investigadora de la Universidad Autónoma de Chile.
El estudio pone de relieve la necesidad de comprender la complejidad del Chagas, valorar la importancia de cómo se comunica el diagnóstico positivo y considerar las experiencias asociadas a esta enfermedad. «Esta comprensión nos permite identificar la relevancia de considerar las particulares necesidades de las personas migrantes, de las mujeres y las necesidades de formación de los equipos de salud», agrega la investigadora.
Para potenciar la comunicación, información y educación desde una perspectiva multidimensional, en el marco del proyecto se crearon productos de divulgación – videos, audios, cursos, pictoline, flyers, e incluso canciones- esperando que, a través de estos recursos de libre disposición, se avance en el llamado que este año 2022 se realiza para conmemorar el día internacional de la enfermedad de Chagas «ayúdanos a saber quiénes son y dónde están», un llamado a la detección y diagnóstico del Chagas.
«Cada uno de estos materiales de descarga gratuita recoge las experiencias de mujeres gestantes y personas donantes, migrantes y nacionales, además de los equipos de salud. Conservan las experiencias y proponen acciones de carácter comprensivo, comunitario y de reconocimiento de las diversidades, para mejorar las condiciones de atención y de acceso a salud de las personas afectadas por Chagas», recalca la especialista.
Para descargar los recursos y saber más visita la página web: https://www.chaochagaschile.cl/
¿En qué consiste el Chagas?
Es una infección parasitaria causada por el parásito ‘Trypanosoma cruzi’ y está clasificada por la OMS como una de las enfermedades tropicales desatendidas u “olvidadas”. La principal vía de transmisión en Chile es la vertical, de madre a hijo/a, a través de la placenta, cabe señalar que no todos los hijos/as de las mujeres nacen con el parásito. Además, las personas pueden ser portadoras sin desarrollar la enfermedad.
La enfermedad de Chagas tiene dos fases. La fase aguda -la primera- dura unos dos meses después de contraerse la infección. Durante esa fase, a pesar de que hay gran cantidad de parásitos por el sistema circulatorio sanguíneo, en la mayoría de los casos no hay síntomas o estos son leves y no específicos. En la fase crónica, muchas veces asintomática, se desarrollan complicaciones cardiacas o digestivas.