Los números son categóricos. Más de 23. 400 nuevas viviendas debieran construirse en la Región del Maule para resolver el déficit habitacional que afecta a los segmentos más vulnerables de la población, de acuerdo a datos de la Encuesta de Caracterización Socioeconómica Nacional (Casen 2020). Lo anterior, se convierte en un desafío urgente si tomamos en consideración que el Maule es la cuarta región con más población del país (INE 2017), la cual además tiene alrededor de 140 mil personas en situación de pobreza, lo que representa el 12,3% de nuestra población y nos sitúa entre las 5 regiones más pobres de Chile (Casen 2020).
Dichos antecedentes fueron recopilados en el “Análisis de Tendencias Inmobiliarias y de Vivienda” elaborado por la Unidad de Estudios de la Cámara Chilena de la Construcción (CChC) Talca, el cual reúne distintas fuentes estadísticas tanto gremiales como de Gobierno y que tiene por objetivo contribuir a la generación y al perfeccionamiento de políticas públicas relacionadas con el ámbito habitacional y así poder satisfacer una de las principales demandas sociales de este último tiempo: acceder a una vivienda digna.
Al respecto Fernando Leiva, presidente del Comité de Vivienda de la CChC Talca, enfatizó “necesitamos tomar medidas ante este desafío inminente que se nos está presentando tanto a nivel nacional como local. Y es que si bien el trabajo en alianza público privada ha permitido que nuestra región cuente solo con 3 micro campamentos, nuestro déficit habitacional cuantitativo aumentó un 19% desde el 2017 al 2020, de acuerdo a datos de la Casen, de alrededor de 19.700 a 23.400 viviendas”.
A lo que agregó, que “pese a que el país ha hecho un gran esfuerzo para disminuir el déficit habitacional, ha vuelto a aumentar en los últimos años lo que nos preocupa debido a que las soluciones a este tema no están llegando con la urgencia necesaria y año a año la demanda por viviendas crece y no encuentra una respuesta satisfactoria”.
En esta línea enfatizó, que “el número de subsidios que se pretende otorgar, de acuerdo a lo expresado por el Gobierno, dentro de su periodo, no excede el 10% de lo que se ha entregado en los últimos años, lo que visualizamos como una cifra insuficiente para contener y evitar que siga aumentando el déficit habitacional tanto en nuestra región como en el resto del territorio, sobre todo si se considera el crecimiento vegetativo de la población y el fenómeno migratorio”.
Principales desafíos y caminos a seguir
Entre los principales desafíos que tiene la región está el número de hogares allegados que hasta el año 2020 era aproximadamente de 12.900, lo que corresponde al 54,9% del déficit habitacional existente a esa fecha. Asimismo, existen alrededor de 7.800 núcleos allegados hacinados en el Maule, es decir núcleos familiares adicionales al núcleo principal del hogar, y más de 2.800 viviendas irrecuperables, según datos emanados del Observatorio Urbano.
Ante estas cifras, el presidente del Comité de Vivienda de la CChC Talca indicó “debemos empezar a trabajar lo más pronto posible, junto al sector público, para dar soluciones a tiempo tanto a quienes viven en campamentos como a las miles de familias que han esperado años por una vivienda y así comenzar a abordar lo que consideramos son los ´campamentos invisibles´, que corresponde a aquellas personas que viven como allegadas, con arriendos informales y en condiciones precarias”.
En este contexto aclaró, “un aspecto relevante es que más allá de las cifras, el desafío de caminar hacia el déficit cero es enorme. Utilizamos datos de diferentes fuentes para llevar a la opinión pública y a las autoridades este tema ya que existe una brecha insostenible entre la demanda y la oferta habitacional, que cada día se acrecienta más. Es por eso, que cada vez se hace más necesario el trabajo colaborativo del sector público y el privado, impulsando acciones y soluciones concretas como, por ejemplo, aumentar el número de subsidios otorgados por región, de acuerdo a sus necesidades particulares, además de realizar una revisión exhaustiva de los montos designados para los mismos, considerando tanto del precio de construcción de las viviendas- producto del alza de los materiales, la escasez mano de obra, el aumento del valor del suelo y la eliminación del Crédito Especial Empresas Constructoras, entre otros factores, como de las mayores exigencias para ejecutar los proyectos que existen hoy en día, siempre aspirando a una política habitacional que aborde integralmente a las personas, las viviendas y la ciudad que habitan con estándares urbanos mínimos”.
A lo que concluyó que “miramos con optimismo el poder continuar trabajando en alianza público – privada con el Minvu y al Serviu, como lo hemos hecho históricamente y como esperamos seguir haciéndolo ahora con sus nuevos representantes, que cuentan con gran experiencia en el mundo de los campamentos, el trabajo colaborativo con los diferentes actores y su especial foco en la reducción del déficit habitacional”.