El movimiento Linares Verde realizó una acción pacífica en las afueras de la futura construcción de la inmobiliaria Fai, cuyo terreno colinda directamente con el humedal urbano Ayüwün de Linares, en el sector norponiente de la ciudad.
En esta iniciativa los representantes de grupo ecologista llamaron la atención hacia ciertos aspectos. “El día de hoy estamos presenciando de manera explícita, como el medio ambiente, la flora y la fauna, están pagando su “derecho a existir”, en vista de un proyecto que busca menoscabar un humedal completamente activo, con tal de asegurar la viabilidad de un proyecto y la inversión inmobiliaria. La declaración del humedal se realizó poco después de entregar los permisos de edificación a la inmobiliaria Fai, ambas acciones a cargo de la municipalidad de Linares. Esta acción conlleva un conflicto de interés sumamente preocupante, ya que son completamente incompatibles entre sí”.
Además, insistieron en que “si la intención era generar una inclusión de este recurso al proyecto inmobiliario, lo mínimo que debió haber hecho la empresa era haberse sometido a una evaluación de impacto ambiental ante el Servicio de Evaluación Ambiental antes de realizar cualquier movimiento de tierra o inicio de obras. Por el contrario, eligieron evadir el proceso de evaluación y comenzar con las actividades de construcción, ingresando maquinaria, realizando acopio de escombros y removiendo la cubierta vegetal.
Evaluación Ambiental
El proceso de evaluación llevado a cabo a través del Servicio de Evaluación Ambiental (SEIA), contempla la evaluación de todos aquellos aspectos ambientales que puedan verse afectados por cualquier proyecto, siendo dentro de los principales aspectos a evaluar; el agua, el suelo y el aire, en cualquiera de las fases del proyecto; construcción, operación y cierre.
Una vez realizada la evaluación, el SEIA determina si la empresa debe presentar un plan de mitigación, reparación y compensación, según corresponda a los resultados determinados por el proceso.
La única forma de que el proyecto se lleve a cabo, es realizando el proceso de evaluación de impacto ambiental y recibir una RCA favorable, la RCA, es la Resolución de Calificación Ambiental, la cual determinara si el proyecto cuenta con las facultades para poder llevarse a cabo de manera segura sin generar un deterioro al medio ambiente y a la población.
El proyecto debió haber realizado declaración de Impacto Ambiental debido a que cumple con los establecido en la letra s) del artículo 10 de la Ley 19.300 sobre Bases Generales del Medio ambiente, que establece que todo proyecto deberá evaluarse ambientalmente, si dentro de alguna de sus fases genera la alteración del flujo ecosistémico de humedales que se encuentre parcial o totalmente dentro del límite urbano.
En el mismo sentido, señalaron “Con todos estos antecedentes es imposible no estar molestos con este proyecto, ya que no consideraron la protección de un recurso tan valioso como un humedal, el cual representa una valiosa reserva de agua flora y fauna para la ciudad. Los humedales se encargan de controlar el déficit hídrico en las estaciones secas y sobre todo cuando la escasez hídrica aumenta y las lluvias disminuyen.”
“Esperamos que solo haya sido un mal entendido por parte de la empresa, y no hayan realizado estas acciones a propósito con la finalidad de reducir los costos de ser evaluados ambientalmente y saltarse los procesos evaluativos establecidos en la legislación ambiental aprovechando que el humedal no había sido reconocido en el plano regulador”, sostiene Linares Verde.
Por último, el grupo que ha liderado el cuidado y la protección de este hábitat natural concluyó: “Mucho menos nos gustaría pensar que el municipio no consideró al humedal en el plano regulador comunal para posteriormente cambiarlo a suelo de uso residencial y entregarle los permisos a la inmobiliaria, para después desentenderse de la situación solicitando al ministerio del medio ambiente la declaración del humedal”.