La pandemia del coronavirus ha afectado de diversas formas el comportamiento de las personas, las medidas de confinamiento y las restricciones de movilidad, han propiciado un alarmante escenario que preocupa a organizaciones y activistas por el mayor riesgo de aumento de VIH-Sida y otras Infecciones de Transmisión Sexual.
Según datos que dispone la ONG alrededor de un 22 por ciento de las personas que solicitan una prueba para la detección del VIH han manifestado el uso de drogas en sus relaciones sexuales, los motivos son variados, desde aumentar la libido o desinhibirse sexualmente hasta potenciar el placer.
Consultado al respecto, el Director Ejecutivo de la fundación Sida Maule, Michael Díaz, advierte que al igual que en otros países, en Chile se han monitoreado algunas aplicaciones de contactos sexuales, que han dado cuenta de la práctica denominada “chemsex” que se caracteriza por el consumo prolongado de drogas que tiene por objetivo mantener relaciones sexuales durante un largo periodo de tiempo, “se trata de fiestas sexuales (grupales o en pareja) que se realizan en casas privadas o locales, como saunas y otros espacios, pero lo que es más complejo es que se hace sin ningún tipo de protección”.
“Bajo los efectos de las drogas, baja la percepción de peligro, lo que propicia las prácticas de riesgo como el sexo sin preservativo y esto constituye un alto riesgo para la transmisión de enfermedades sexuales como el VIH”.
“También hemos visto con preocupación que este consumo sexualizado de sustancias, está tomando fuerza entre hombres que mantiene sexo con otros hombres, en este caso, no se puede desconocer la discriminación, acoso y estigma en la que ha vivido esta comunidad, por ello, el aumento del consumo de drogas muchas veces se convierte en una puerta de escape para el ejercicio de la sexualidad”, agrega Díaz.
En este caso, el activista es enfático en sostener que el inicio en jóvenes suele ser exploratorio, por interés y curiosidad, “pero en muchos casos existe el trasfondo de haber vivido la discriminación por la propia condición sexual, lo que genera mucho estrés y ansiedad y es ahí donde este tipo de prácticas resultan ser una válvula de escape”.
“Lamentablemente, el consumo de las llamadas drogas duras, como cocaína, pasta base u otras sustancias ilícitas va en aumento en nuestro país, por lo que el mensaje es a que las autoridades estén alerta y realicen su máximo esfuerzo en ejecutar estrategias públicas directas que apunten a su disminución y con ello a evitar que este tipo de prácticas se sigan masificando con el consiguiente daño en la salud de la población”, recalcó.