La carrera de Pedagogía en Educación Parvularia de la Universidad Autónoma de Chile en Talca está socializando una nueva mirada que busca derribar sesgos derivados de ideas, comportamientos y atribuciones que la sociedad considera apropiados para cada sexo, sobre todo considerando que en nuestro país la mayoría de los roles de cuidado los ejercen las mujeres y, además, específicamente en esta área, ellas representan más del 99 por ciento de las educadoras y técnicos de párvulos.
Es por eso por lo que la directora de la carrera hizo un llamado para que más hombres puedan ingresar a estudiar Pedagogía en Educación Parvularia y así ir avanzando en la disminución de brechas de participación femenina y masculina que se presentan en algunas áreas, que están determinadas por elecciones vocacionales derivadas de estereotipos de género.
“En nuestra carrera tenemos un estudiante en segundo año, que es el único varón y hacemos el llamado a todos los que se sientan convocados a desarrollar esta labor de la pedagogía. La pedagogía no tiene género y en este caso es un nivel de educación parvularia, por tanto, nosotros abrimos nuestras puertas a todas y todos los que quieran formar parte de nuestra carrera. Es una labor noble y, por sobre todo, es una labor tremendamente desafiante porque trabajamos con la primera infancia, que es la que requiere los mayores y mejores aprendizajes, ya que ellos van a andamiar aprendizajes posteriores, transitando desde niveles más sencillos a más complejos, por tanto, es una carrera abierta a cualquiera que quiera aportar en esa perspectiva”, describió la directora.
En ese contexto, el docente de la carrera, Dr. Daniel Serey, quien lleva 30 años trabajando como educador de párvulos, relató su experiencia como profesor de aula, poniendo énfasis justamente en lo complejo que fueron sus inicios debido al rechazo por parte de los apoderados fundados en estereotipos predominantes en nuestra sociedad.
“Yo partí siendo educador de párvulo hace 30 años. Tuve muchas dificultades para integrarme en el tema laboral, no así a nivel administrativo. De hecho, en mi primer trabajo, al primer día y como los apoderados sabían que iba un varón, se tomaron el colegio para que yo no ingresara, pero mi experiencia, por lo menos cuando trabajé en aula, es que la imagen que tú le cambias al niño al demostrarle que existe un varón que juega, un varón que se preocupa, que muda, que da alimentación, que lo acurruca en el sueño, que está preocupado por él, es tremendamente importante sobre todo en el área emocional”, declaró.
Debido a sus vivencias como educador, el docente afirmó lo significativo que es ir derribando los estereotipos de género en el ambiente laboral. “Estudios demuestran que donde hay paridad de género hay menos conflictos. Las teorías e investigaciones demuestran que el género es una variable muy importante para el aprendizaje; no es mejor ni peor, sino que son miradas distintas. Como educadores no solo enseñamos a leer o a escribir, sino que también enseñamos cultura y, en el fondo, ese modelo patriarcal que está instalado ya en el nivel preescolar se rompe. A la medida que rompemos estos estereotipos, después tenemos ciudadanos mucho más democráticos, tolerantes y asertivos”, aseveró Serey.
Por su parte, Alexis González Ramírez, perteneciente a segundo año y único hombre en la carrera, destacó lo significativo que es para él formarse como pedagogo en Educación Parvularia, siendo consciente del aporte que puede hacer a los niños en su calidad de docente del área, sin que el género sea una variable importante. “A mí me mueve la educación parvularia, porque considero que es una carrera fundamental. Los últimos años se ha posicionado como uno de los niveles curriculares primordiales del sistema educativo chileno, debido a todas las habilidades que adquieren los niños y niñas durante sus primeros años de vida, ya sean cognitivas, afectivas o sociales. Uno les entrega todas las herramientas y oportunidades para que ellos se puedan desplegar en el área básica, en el área media y que mejor que en el día de mañana te recuerden por tu labor”, detalló el estudiante.
Por otro lado, y pese a la pandemia, los estudiantes de la carrera han continuado con sus prácticas profesionales y durante este segundo semestre las han realizado de forma presencial. “Nuestras prácticas en primer semestre fueron todas en modalidad online, no obstante, este segundo semestre y con la reapertura de los establecimientos, consideramos que es una necesidad urgente aportar a la formación de niños y niñas que hace año y medio han estado desde sus casas construyendo conocimiento. En esa línea es que hemos conversado con los distintos centros de práctica que han participado y que colaboran con la carrera para poder generar estos espacios donde puedan nuestros y nuestras estudiantes realizar su último proceso de práctica. Estamos contentos porque los centros han abierto sus puertas para recibirlos. Tenemos al cien por ciento de nuestros alumnos y nuestras alumnas realizando sus prácticas presenciales y no solamente en Talca, sino que también en Maule, Cauquenes, Linares, Constitución, San Javier, Yerbas Buenas, es decir, en todas las localidades donde viven, acción nos tiene muy felices como carrera”, finalizó la directora, Dra. Marjorie Samuel.