La etimología de “república” proviene del latín “respublica” donde res significa “cosa” y pública nace de “populus”, esto es, pueblo.
Las últimas semanas y en particular la que termina ha estado en la discusión pública la exclusión de este término dentro del Reglamento de la Convención. Pues bien, aún cuando puede ser una obviedad vale la pena aclararlo: el Reglamento es el cuerpo normativo que regula los procedimientos, funcionamiento interno y todas las actividades formales que deberán sujetarse los convencionales en la discusión, redacción y aprobación de la futura constitución. Es decir, a pesar de ser un instrumento indispensable, son aspectos de forma, no de fondo, lo que se traduce que todavía no ha comenzado la discusión de lo que será la constitución.
Sin embargo, se ha instaurado por algunos la falsa idea que la Convención eliminó la “República” de la futura constitución o lo que es lo mismo, no está dispuesta a incluirla o aceptarla en la redacción de lo que será esta constitución.
No es así, la discusión no es dejar de ser una república, el debate es si entendemos como república un solo pueblo o la reunión de varios dentro de un mismo Estado, es decir, si nos reconoceremos o no como un Estado plurinacional. Esto es una materia de fondo muy relevante. Tal punto fue levantado por representantes de pueblos originarios quienes plantearon reemplazar en el artículo segundo del Reglamento “Convención Constitucional de la República de Chile”, asociando la república a un solo pueblo, por “Convención Constitucional de los pueblos de Chile”.
Tal como lo planteo al inicio de esta columna, República nace de una expresión etimológica de pueblo, no hay república sin un pueblo que le haya dado origen y la separación entre un concepto y otro parece más bien una discusión estéril.
Asimismo, proyectando la discusión de fondo que vendrá, tampoco es posible eliminar la “República”, ya que más allá que resulta demencial imaginarlo y que nadie ha propuesto una monarquía como alternativa, el artículo 135 de la actual Constitución generado en la modificación lograda a partir del “Acuerdo por la paz y la nueva Constitución” del día 15 de noviembre de 2019, dispone expresamente que “El texto de Nueva Constitución que se someta a plebiscito deberá respetar el carácter de República del Estado de Chile”.
Finalmente, lo votado por el pleno fue una solución “salomónica”. Sin adelantar la discusión de fondo se acordó dejar el artículo segundo como sigue: “El presente Reglamento tiene por objeto establecer la organización, el funcionamiento y los procedimientos de la Convención Constitucional”. Es decir, no incluyó ni “República” ni “pueblos de Chile” a continuación de Convención Constitucional.
Tal decisión que parece bastante razonable para una etapa preliminar de formas, no se condice con mentiras como la del candidato Kast quien afirmó que “la Convención Constitucional acaba de excluir a la Republica de Chile de la nueva Constitución. Mientras más daño le hacen a Chile, más ilegítimos se vuelven” … esto es completamente falso y con un mínimo de responsabilidad cívica, por cierto exigible para quien aspira a la presidencia de Chile, debería reconocer que la discusión de fondo se refiere a la plurinacionalidad de nuestra República.
República es un sistema de gobierno en que el pueblo tiene la soberanía y potestad para el ejercicio del poder, el que lo delega en sus gobernantes. La República nace a partir de un pueblo coordinado siendo el pueblo el dueño del poder. El punto en discusión, por tanto, no es la República, sino que el poder fue conferido por un solo pueblo, excluyendo a los pueblos originarios en esta delegación.
Precisamente, para fortalecer nuestra república necesitamos el reconocimiento de todos los pueblos o naciones que cohabitan Chile, y que sean todos éstos, como comunidad organizada al cobijo de una Constitución que respete sus derechos pero que también le imponga obligaciones, quienes deleguen el poder a la República de Chile … la república no se protege con formalismos sino con espacios reales y concretos de integración plurinacional.