Iván Patricio Eugenio Manns de Folliot, conocido como Patricio Manns, (Nacimiento, 3 de agosto de 1937-Viña del Mar, 25 de septiembre de 2021), fue un cantautor y escritor chileno, destacado representante de la llamada Nueva canción chilena.
Conocí a Patricio Manns en la Peña de la Universidad de Chile, en Valparaíso, ocasión en que se presentó y cantó “El Sueño Americano”, una de las primeras cantatas que se conocen en América Latina, que describe, a partir de la conjunción de varios patrones rítmicos característicos de diversas regiones del continente sudamericano, los avatares de la historia americana, y que Manns grabó con el conjunto Voces Andinas en un álbum de 1966.
Tanto Patricio como yo participamos activamente, junto a Inti Illimani, Quilapayún, los hermanos Parra, Víctor Jara, Rolando Alarcón y tantos otros, en el gran movimiento cultural, que nunca antes ni después se hizo presente en nuestro país.
De su biografía se puede leer que era hijo de padre suizo-alemán y madre francesa, a los 14 años publicó por primera vez sus poemas en el diario “El Colono de Traiguén”, iniciando una carrera como escritor que se prolongaría a lo largo de su vida.
Durante su juventud ejerció varios oficios, como camionero y dependiente de farmacia, hasta que el año 1961 fue contratado como periodista en el diario La Patria, de Concepción.
En su juventud desempeñó los más diversos oficios: capataz de obras, minero del carbón en Lota, reportero para el diario La Patria, en Concepción y formador de la radio de la oficina salitrera de María Elena, en pleno desierto de Atacama.
A principios de los años sesenta se trasladó a Santiago en donde continuó con su labor periodística, trabajando inicialmente en Radio Balmaceda. Por esos años su labor como compositor ya se estaba manifestando. Su canción “Bandido” había ganado el festival de Cosquín, Argentina, en la interpretación de Los Trovadores del Norte. Además, se probó en el Club Universidad de Chile, donde quedó como arquero junto a Adolfo Nef, más no pudo continuar su carrera futbolística debido a que la dirigencia lo hizo elegir entre el fútbol y la música, eligiendo Manns continuar su carrera musical.
En 1963 escribió su primera novela “Parias en el Vedado”, que reescribió años después con el título “La noche sobre el Rastro”, ganando con ella el premio Alerce, de la Sociedad de Escritores de Chile.
En 1968 compuso la canción «El cautivo de Tiltil» que fue interpretado por la cantante y folclorista Silvia Urbina. Este álbum llevó por título ¡El folclore no ha muerto, mierda! Y fue grabado ese mismo año. Sin embargo, la canción fue grabada por Manns en 1990.
Pero la canción que más popularidad tuvo, fue su tema “Arriba en la cordillera” grabado, gracias a la iniciativa de Camilo Fernández, por el sello Demon en la voz de Los Cuatro Cuartos.
Desde su doble faceta de músico y periodista colaboró activamente en las campañas presidenciales de 1964 y 1970, siendo esta última la que llevó a Salvador Allende a la presidencia de la República representando a la Unidad Popular. De esta época fue su disco Patricio Manns (1971), en donde aparece una de las composiciones más bellas de su obramusical, «Valdivia en la niebla», y la premonitoria «No cierres los ojos». Este disco fue dirigido por Luis Advis y acompañaron a Manns, Inti-Illimani, Los Blops, la Orquesta Sinfónica de Chile y la Orquesta Filarmónica de Santiago.
El golpe de Estado significó su exilio. En Europa realizó un interesante trabajo junto al grupo Inti Illimani, con quienes grabó canciones emblemáticas como “Palimpsesto”, “Vuelvo” y “Samba Landó”. Escribió además valiosas novelas como: “Buenas noches los Pastores”, “Violeta Parra: La Guitarra Indócil”, “Currículum Mortae” y “Actas de Marusia”. Asimismo, su fuerte compromiso antidictatorial lo llevó a convertirse en vocero del Frente Patriótico Manuel Rodríguez. A fines de los años ochenta volvió a Chile, momento desde el cual continúa con su prolífica labor musical y literaria, constituyéndose en una figura consular de la cultura chilena actual.
Hoy, hablando con mi querida amiga Leandra Guzmán Brunet, escritora y poeta radicada en Noruega, nieta de la escritora Marta Brunet, compartió conmigo una faceta de Patricio desconocida para muchos que, de por sí, habla de su férreo compromiso con las causas justas, los Derechos Humanos y su gran convicción política de izquierda de darle dignidad a su pueblo.
Leandra conoció a Patricio desde niña, pues su padre y él acostumbraban juntarse y, además de hablar de política y de temas variados, tocaban guitarra y cantaban. Leandra estuvo presa, siendo brutalmente torturada y su padre, Marcelo Guzmán, fue ejecutado en Pisagua a los días después del golpe, sin juicio alguno. Después de años de lucha, a Leandra se le abrió una puerta con posibilidades ciertas de obtener justicia, pero necesitaba testigos.
En razón de esa exigencia, ella envía 500 cartas a conocidos, a amigos de su padre y de la familia, con el siguiente tenor:
“Estimados compañeros, para mí no tan sólo encierro mil ansias insaciables de pelea, de rebeldía por un Chile mejor, la extensión de una bandera que empuje la verdad y justicia y no creo que pueda vencer sin apelar a vuestra ayuda porque sólo así habremos vencido las huellas de los caídos, de nuestros muertos, porque si, son nuestros muertos quienes dieron sus vidas. Apelo a vuestra amistad para acudir como testigo a ese compañero vuestro y padre mío Marcelo Guzmán (ejecutado en Pisagua el 29 de septiembre en 1973).
Ayudadme a levantar su imagen, su nombre, y testificad si os llaman. Yo soy simplemente su hija. Quedo atenta a comentarios”.
Leandra en su narración de los hechos cuenta que a uno de los que envió ese correo fue a Patricio Manns, que la contactó para saber dónde tenía que presentarse. A Patricio lo llamó el Ministro Carroza a declarar.
Leandra termina nuestra conversación expresando que Patricio fue uno de los solo tres testigos que se presentó a favor de su padre en el juicio, de las 500 cartas enviada por ella.
Además de la conmoción que me produjo saber del alejamiento físico de Patricio, me emocioné con la verídica historia que aquí comparto que demuestra el gran ser humano que era.
No obstante que nunca obtuvo crédito institucional en nuestro país, tuvo el reconocimiento de su pueblo que en sus canciones y libros se encuentran retratados y se sienten interpretados.
Trataron de invisibilizarlo, pero Patricio nunca será imagen inconclusa………