El Presidente Sebastián Piñera promulgó este martes la ley que busca darle apoyo y acompañamiento a las familias que pierden un hijo durante el embarazo, al nacer o en los primeros días de vida.
La nueva legislación establece que todas las instituciones de salud deben contar con protocolos para casos de muerte gestacional o perinatal, con manejo clínico y acompañamiento psico-emocional para contener a los padres y al núcleo más cercano.
La iniciativa otorga atención especial, con un estándar donde prime el trato digno y empático, tanto en el establecimiento de salud como también en el lugar de trabajo.
“Hoy tenemos la emoción profunda de promulgar esta ley que establece ese tan necesario trato digno, humano y amable a las madres y padres que pierden hijos durante la gestación o durante el parto o durante los primeros días de vida”, dijo el Presidente en una ceremonia en el Parque Padre Hurtado en La Reina.
El Ministerio de Salud dictará en un plazo de seis meses la norma técnica que establecerá los mecanismos o acciones concretas que deberán realizar los establecimientos de salud para resguardar este derecho.
Además, la ley aumenta el plazo en caso de duelo por muerte de un hijo nacido vivo de 7 a 10 días y de 3 a 7 días para el caso de muerte de un hijo en periodo de gestación.
“Este profundo sufrimiento merece no sólo nuestro respeto, nuestra solidaridad, nuestra comprensión, requiere también que esos padres en ese momento de dolor profundo sean acompañados y acogidos por la sociedad y el Estado para ayudarlos a enfrentar ese dolor”, destacó el Jefe de Estado en el acto en el que estuvo acompañado por el Ministro de Salud, Enrique Paris; la Ministra (s) de la Mujer, María José Abud; parlamentarios y familias.
La iniciativa fue impulsada por Aracelly Brito, quien en 2020 enfrentó la muerte de Dominga, a las 36 semanas de gestación.
La ley considera, además, las siguientes medidas:
- Los profesionales de la salud deberán explicar de forma adecuada al padre, madre y personas significativas sobre el fallecimiento de su hijo o hija, y los procedimientos a realizar.
- Contar con asistencia inmediata y seguimiento multidisciplinario (matrona, psicólogo y psiquiatra).
- Toda pérdida de un hijo o hija, independiente de las semanas de gestación u horas de vida, debe ser reconocida, identificando datos del nonato o neonato, como nombre, peso, estatura, sexo y hora de nacimiento.
- Velar para que pacientes que viven este proceso no sean hospitalizadas en las áreas de maternidad de los centros de salud, evitando tener contacto con recién nacidos.
- Autorizar a al menos un acompañante durante procedimientos de legrado, AMEU, inducción de parto o cesárea. Si el recinto lo permite, los controles posteriores se realizarán en salas aisladas y/o en horarios en los que no haya mujeres embarazadas o madres con sus recién nacidos.
- Brindar espacios de contacto digno y apropiado con la hija o hijo fallecido para iniciar el proceso de duelo. Permitir mirarlos, acunarlos o tomar registros de foto o video. En caso de muertes en el tercer trimestre de gestación, ofrecer la opción de disponer de los restos ovulares.
- Asegurar que las mujeres o personas gestantes con antecedentes de muertes perinatales tengan acceso a acompañamiento de un equipo de duelo perinatal en las siguientes gestaciones.